Publicado el: 08 May 2015

Los vaqueros de alzada pasarán estos días por Proaza y Teverga, como antaño

Fotografía de la Asociación Cultural Vaqueiros de Alzada

Fotografía de la Asociación Cultural Vaqueiros de Alzada

LA II RUTA LAS REGUERAS-TORRESTÍO RINDE HOMENAJE A LAS FAMILIAS QUE DESDE HACE SIGLOS Y TODAS LAS PRIMAVERAS INICIABAN CON SUS ANIMALES  Y ENSERES LA ALZADA A PIE A LOS PUERTOS LEONESES

Desde hoy y hasta el domingo se va a realizar la “II Ruta Vaqueros de Alzada: Las Regueras-Torrestío”, que atraviesa los concejos de Proaza y Teverga, en las modalidades: a pie, a caballo y en coche. La recuperación de la ruta vaqueros de alzada (en Teverga vaqueiros) Las Regueras-Torrestío se inició el año pasado con ocasión del centenario del edificio del Ayuntamiento de Santo Emiliano (León) para rendir homenaje a aquellas familias que durante siglos y cada primavera iniciaban con sus animales y enseres la alzada a pie, partiendo de los concejos del centro de Asturias, hasta llegar a los puertos de Torrestío (Santo Emiliano). Allí pasaban el verano aprovechando los fértiles pastos y recogiendo las cosechas de su casería de arriba, antes de volver a trashumar a la residencia de invierno en cuanto las nieves otoñales hacían su aparición. Dicha trashumancia estacional, marcada por la doble residencia, en la morada de verano y en la de invierno -las marinas, así denominada porque los lugares donde pasaban el invierno estaban cercanos a la costa – dio lugar a un modo de vida específico, a una economía agrícola y ganadera de autoabastecimiento, en ocasiones apoyada por ingresos provenientes de la venta de alguno de sus productos (la cercanía a poblaciones importantes como Oviedo y Gijón facilitaba el pequeño comercio). La arriería y la práctica de oficios como la curandería, castración de animales, etc. eran también fuente de ingresos para algunas familias. Si a esas circunstancias añadimos que Torrestío en el siglo XVIII era el pueblo con mayor número de habitantes de Babia de Yuso, con administración propia, jueces y cárcel, no es de extrañar que los vaqueros de Torrestío posean unas señas de identidad que los hacen diferentes de sus convecinos. Estas señas de identidad, históricamente reforzadas con lazos matrimoniales que dieron lugar a una cierta endogamia grupal, consolidaron un fuerte sentimiento de pertenencia y apoyo que aún pervive en generaciones que nunca trashumaron. Prueba de ello es la respuesta ante el fallecimiento de algún vaquero descendiente de Torrestío.

Deje su comentario

La Voz del Trubia