En Serandi no cabía hoy un alma
EL PUEBLO SE VISTE DE GALA EN LA PRIMERA BODA QUE SE CELEBRA DESDE HACE CUARENTA Y CINCO AÑOS
F. R. / Proaza
Un 29 de agosto de 1970 Enriqueta Arias García y José Manuel García celebraban el último casamiento en el bello pueblo de Serandi (Proaza). Cuarenta y cinco años después Nerea Díaz y Víctor Álvarez han roto el largo paréntesis. La boda fue este mediodía y, a buen seguro, será recordada por todos los vecinos porque no cabía un alma en Serandi. Gaiteros, jóvenes vestidas de raso, mozos encorbatados, señoras luciendo sus mejores prendas y un ambiente festivo, en una jornada en la que acompañó el buen tiempo pese a las amenazas de lluvia. Todo el pueblo estaba lleno de coches, aparcados por todas partes y las pequeñas calles de esta aldea, situada a 440 metros de altitud, con 80 casas y una veintena de vecinos, eran un hervidero de gentes que iban y venían, entraban y salían, con nerviosos movimientos.
Raquel Arias, hermana de Enriqueta, la última mujer que se había casado en esta iglesia, recuerda que entonces «no había carretera y tuvimos que bajar andando hasta Prada para coger el autobús e ir al banquete». Eran otros tiempos.
El recibimiento de la banda de gaitas de Proaza «Camín de Fierro» fue espectacular. La pequeña iglesia de San Antonio no tenía espacio suficiente para albergar a todos los asistentes, que esperaban con ganas la salida de los novios en la antojana y en la plaza. Nerea Díaz Álvarez, de 26 años, natural de este pueblo de Proaza y concejala de Cultura del Ayuntamiento y Víctor Álvarez Peláez, de 28 años, natural de Lavares, eran los novios. La posterior celebración fue un poco más lejos, en un establecimiento hotelero de Noreña. Una boda, o un bautizo en un pueblo de los Valles del Trubia, cada vez más envejecidos, es siempre una buena noticia y un síntoma de recuperación. Enhorabuena desde la redacción de La Voz del Trubia.
REPORTAJE A TODO COLOR DE LA BODA EN EL PRÓXIMO NÚMERO DE AGOSTO DE LA EDICIÓN EN PAPEL DE LA VOZ DEL TRUBIA