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[Tribuna] Del ferrocarril minero a la Senda del Oso

Inicio Quirós [Tribuna] Del ferrocarril minero a la Senda del Oso
El cacique local Álvarez de Terrero impidió que el tren de Trubia pudiera salir a León
Por Casimiro Álvarez

Dibujo de Bernardo Terrero
Dibujo de Bernardo Terrero

El 25 de octubre de 1860 el ingeniero Belga Gabriel Hein presentó el primer proyecto para la construcción de un ferrocarril minero desde Trubia hasta Santa Marina de Quirós, con un presupuesto aproximado de 9.274.148,33 reales de vellón, con la intención de transportar los minerales de hierro y carbón de la cuenca quirosana hasta la fábrica de armas de Trubia. Dos años más tarde y ante el rechazo de otro proyecto muy caro para comunicar ferroviariamente Asturias con la Meseta por Pajares, le resultó fácil imaginar la prolongación de su trazado hasta León, proyecto por valor de 252 millones de reales que fue presentado en Grado a una comisión de expertos, de los que obtuvo su aval porque no sólo era viable, sino que resultaba mucho más barato al acortar considerablemente el recorrido y reducir el número de túneles, siendo el más largo uno de 750 metros que iba a salir a Torrebarrio.
Pero nadie había contado con Bernardo Tiburcio Álvarez de Terrero Valdés de Peón y Bode de Leyva, que define a la perfección el periodista asturiano C. M. de Luis, de la siguiente manera: “personaje de fabulosas riquezas, solterón empedernido, señor feudal (en pleno s. XIX) más que cacique, dueño de casi todo Quirós, Proaza y Teverga y, también ¿por qué no decirlo? de las conciencias de la mayor parte de los políticos asturianos de la época, que compraba con buenas “peluconas” de oro, ya fuese desde sus posesiones de Villamarcel, o en los despachos de los ministros en la villa y corte madrileña ¡Y no le gustaba el humo de las locomotoras¡
Todo fue inútil. Los esfuerzos de Heim, del entonces gobernador de Asturias Aníbal de Castro, ni de los alcaldes de Teverga, Quirós, Proaza, Santo Adriano, o la mediación de otro quirosano de prestigio que lo conocía bien, Álvaro García Miranda… Tiburcio Terrero siguió en sus trece, no quería que sobre sus tierras flotase el humo de las locomotoras que podían perjudicar a sus ganados y se acabó.
Sólo una cosa pudo lograr el ingeniero Heim: el permiso para un tren minero de 750 mm. de ancho de vía (de los primeros de España en esa medida) entre Santa Marina de Quirós y Trubia. Por lo demás Terrero mostró a Heim que no había nada personal en el asunto, cediendo gratuitamente los terrenos para el ferrocarril minero, con la sola condición de que los trenes llevaran un coche de viajeros para que los vecinos de Quirós pudieran viajar gratis. Pero, azares de la vida, este privilegio acabó cuando se nombró alcalde de Quirós a un alto cargo de Fábrica Mieres, (última empresa sucesora de la sociedad francesa Société Houllière de Quirós) llevándose “por casualidad” del archivo municipal el documento en que constaba el contrato de gratuidad. Y cuando en 1946 se renueva la concesión a Fábrica de Mieres, ya reconoce el establecimiento de tarifas y de categoría de 3ª clase de viajeros, quedando únicamente la gratuidad para carteros y presos.
Finalmente no hubo nada que hacer y se tuvo que volver al punto de partida. El 10 de noviembre de 1864 el capitalista Juan Manuel Manzanedo ganó la subasta para empezar la obra por Pajares y el ferrocarril de los Valles del Oso finalizó en Santa Marina. Pero ese mismo año el ingeniero Hein fue homenajeado con una placa con letras doradas adosada a la pared del desfiladero que decía “El Ayuntamiento de Quirós al señor D. Gabriel Hein, año de 1864” y el Ayuntamiento de Proaza le otorgó su nombre a la calle más larga que cruza la capital del concejo como “calle Hein”. Sin embargo en la actualidad la mayor parte de vecinos y, hasta el propio Ayuntamiento, desconocen el nombre y los hechos que lo motivaron. Así nació este pequeño ferrocarril de 29.824 metros, con 12 túneles y 7 puentes, pero que era el más largo de los ferrocarriles industriales de Asturias; y que sucumbiría 101 años después, el 5 de marzo de 1964.

Concesión
En 1902 la reina regente María Cristina de Habsburgo, en nombre del menor Alfonso XIII otorga concesión para construcción y explotación por 99 años de un ferrocarril económico ó de vía estrecha, a Justo de Diego, gerente de la Sociedad Minas de Teverga que, partiendo de Santianes (Teverga) termine en Perihuela, ahora Peñas Juntas, en Proaza y que enlaza otros 12 Km. 20 túneles y 7 puentes con el de Trubia-Santa Marina, formando la “y” que ahora conforma la Senda del Oso y, después de haber realizado una optimización de recursos, aprovechando los restos de ferrocarril minero para rentabilizarlo turísticamente. Otro día hablaremos sobre el resultado.

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