Publicado el: 17 Ene 2016

[Editorial] Tarde, mal y nunca

La desaparición esta semana de los últimos vestigios importantes del Castillo de Alba de Quirós al mismo tiempo que el BOPA anunciaba que iba a incluir este elemento patrimonial en el Inventario de Bienes Culturales de Asturias, demuestra hasta que punto la Administración regional es lenta e ineficaz para lo que no le interesa. Y el patrimonio cultural, histórico, artístico, nunca ha interesado ni a este gobierno ni a sus precedentes en el Principado.

Bien es cierto que hay cosas más prioritarias y que dan más votos, como el empleo, la vivienda, la educación la sanidad. Pero de ahí a descuidar con absoluta negligencia nuestro patrimonio hay un término medio. El castillo de Alba de Quirós era, además de una hermosa ruina, huella del pasado altomedieval asturiano, un signo de identidad de un concejo y de un valle. El escudo de Quirós lleva en uno de sus cuarteles este castillo, mandado construir en los primeros años del reino de Asturias, baluarte inexpugnable durante siglos. Ni moros, ni mesnadas, ni franceses ni guerras civiles pudieron destruir esta fortaleza.  Tan solo la negligencia y la desidia burocrática acabaron de hacer el trabajo que no pudieron llevar a cabo catapultas ni bombas. Un taller de empleo, un equipo de estudiantes de arqueología, una estaferia… hubieran servido para salvarlo. El pasado verano los restos románicos de la ermita de Pirueño (también en Quirós), gracias a la colaboración de la Politécnica de Madrid y del Ayuntamiento se limpiaron y adecentaron. Se había barajado hacer lo mismo con el castillo de Alba, pero dificultades en los accesos para los estudiantes y el estar en manos privadas impidieron que finalmente se eligiera este monumento para su limpieza y cuidado. Ahora ya es tarde pero es necesario que casos como este sirvan para mostrar a los poderes públicos y a los vecinos que no se debe permitir el abandono de nuestra herencia cultural. Un pueblo que desprecia su legado histórico es un pueblo sin identidad. El desmoronamiento definitivo del arco apuntado y de parte del muro de este castillo se podía haber evitado con muy poco dinero y algo de interés. En cualquier país europeo algo así no hubiera ocurrido, no se hubiera permitido. También la conservación del patrimonio cultural es exponente de un pueblo civilizado y avanzado que se respeta a sí  mismo.

Comentarios:
  1. Ruben Alvarez dice:

    Es muy triste y es una vergüenza, un ejemplo del pasotismo y la desidia de la administración… En cualquier otro lugar de Europa habrían restaurado el castillo, le habrían puesto una iluminación adecuada, se habrían hecho excavaciones arqueológicas, unos accesos y señalización adecuados… Ahora solo queda lamentarse.

  2. Wunelfe Karin dice:

    Las rotundas afirmaciones se puede, o incluso diría son de obligado disentimiento, pero cada uno adelante con sus convicciones.
    El camino de Bandujo que cruza desde la parada del autobús, la Senda del Oso para ascender ladera arriba, tiene que con un puente atravesar también el rio Teverga; pues bien, dicho puente concebido para el tránsito de las personas, carece de algo tan elemental como una barandilla. ¿Qué es más importante?

    • Ruben Alvarez dice:

      Como bien dices, Wunelfe Karin, «las rotundas afirmaciones se puede, o incluso diría que son de obligado disentimiento». Todas las cosas tienen su importancia, en su justa medida, depende de las «convicciones», de la sensibilidad y de los intereses de cada uno. Obviamente es peor que se caiga alguien por una barandilla, pero los asuntos culturales también tienen su importancia, sin desmerecer de otros temas, porque podemos tener muy buenos puentes para que la gente tenga buena salud y no se rompan la crisma, pero si no cuidamos de la cultura, no avanzaremos nada.

      • Wunelfe Karin dice:

        Mi comentario anterior no aludía a ti; sino estaría como respuesta. Yo no voy a valorar la importancia de las cosas, porque para mi las cosas no tienen más importancia que la que se les dé. Distinto es lo trascendente e importante.
        De todas las formas hay muchas formas de ver las cosas. Mi sensibilidad me conduce a preocuparme por los potenciales accidentes propios o de mis semejantes, y por tanto como los riesgos son trascendentales pudiendo marcar el futuro de una vida o cortarla, los considero importantes y a poner solución y denunciar en primer lugar

  3. Wunelfe Karin dice:

    No quiero quitarte la razón, pero tu afirmación final está incompleta. Dando por bueno que sin cuidar la cultura no avanzaremos, es más cierto que con la crisma rota avanzaremos menos todavía.
    Fe de erratas: «sino» es si no

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