Publicado el: 22 Mar 2016

Medio ambiente y manipulación política

Por Casimiro ÁLVAREZ

Se entiende por medio ambiente el entorno que conforma la vida de una sociedad, e incluye los recursos naturales, sociales, económicos y culturales de los que dispone. Sin embargo, de un tiempo a ésta parte, la expresión “medio ambiente” se ha convertido en el instrumento que a menudo utiliza la casta política para manipular a su antojo las decisiones e inversiones que demanda una determinada parte de esa misma sociedad, generalmente de la zona rural, intentando justificar acuerdos, caprichos o negativas injustificables.


casimiroEn ésta comarca y a lo largo de los últimos años tenemos innumerables y sangrantes ejemplos, que ahora, como disponemos de un medio de comunicación cercano que recoge a diario todas las circunstancias y noticias que nos afectan, conocemos al detalle y podemos comparar o valorar cuanto tienen de acertadas o, en la mayor parte de los casos de intolerables.
Hace poco leíamos en LVT que la junta General del Principado había denegado por motivos medioambientales, el acondicionamiento del camino al puerto de Serandi, en Proaza, que pudiera permitir el acceso a vehículos todo terreno, tal como demandan los vecinos desde hace décadas y ahora había propuesto IU. Pero resulta que el acceso a los pastos de Andrúas y Villaurel para los vecinos de Serandi, S. Martín y Villamejín, del mismo modo que la pista de Traslavilla a La Fuente l’Ablanu, o Sobrepena (de la que también hablaba LVT hace un año), son una necesidad apremiante e indiscutible que sólo aporta beneficios y no supone problema alguno para el oso, tal como los políticos aseguran. Lo curioso del caso, es que en su día, hace unos diez años más o menos, estos proyectos fueron paralizados por el mismo grupo político que ahora los reclama, en otra pirueta populista y demagógica que ya no engaña a nadie; en tiempos de aquél director general de IU que en su afán de protagonismo ecologeta, simulaba que iba en bicicleta a todos lados.
Más recientemente y también a través de LVT nos enteramos, que a la Parroquia Rural de Páramo le ha sido denegada por razones medioambientales, la Concentración Parcelaria que habían solicitado expresamente, mientras que el Gobierno Regional impulsa otras concentraciones dentro de la misma Comarca, que nadie había solicitado y que se encuentran encuadradas en zonas oseras.
Investidos de las mismas razones, los políticos regionales con el inestimable y cómplice silencio de las corporaciones municipales, crean por doquier Parques Naturales que usurpan los derechos de propietarios y vecinos de la zona afectada, sin aportar ni el más mínimo beneficio a sus habitantes (supongo que el de Somiedo es una excepción). Y quien no lo acepte de buen grado deberá afrontar un largo, enrevesado y costoso proceso administrativo y judicial, tal como podemos comprobar (también en LVT) en los casos de la citada Parroquia de Páramo o de varios vecinos de Cangas de Narcea.
Del mismo modo se esgrimen razones medioambientales para no declarar al lobo como especie cinegética, que facilite regular la población de manera ordenada, al tiempo que se generan ingresos y se permite la práctica de una modalidad de caza muy demandada y reconocida. Sobre todo teniendo en cuenta el exceso de población en nuestra comarca, que ocasiona un sinfín de daños en las ganaderías de la zona y que son indemnizados como siempre, tarde, mal y nunca, como todo el mundo sabe y nadie soluciona. Les resulta más divertido que la guardería, muchas veces acompañados por sus jefe, cacen algunos lobos furtivamente.
Igualmente las razones medioambientales se utilizan para instrumentalizar o mangonear todo lo referido al oso. Su presencia en algunas zonas sirve de excusa para negarse a ejecutar infraestructuras que resultan imprescindibles, o tratar de impedir el paso de personas por caminos públicos y montes. Incluso se está planteando la posibilidad de aprobar protocolos burocráticos, cuya finalidad última y no confesada, estriba en regular el acceso a determinadas zonas para el común de los mortales, reservándose el privilegio de moverse con libertad por los mismos montes que nosotros llevamos toda la vida recorriendo y preservando, para funcionarios, políticos y ecologistas (de pico) que, al fin y al cabo, se creen los únicos con formación suficiente para no perturbar la naturaleza. Eso sí, nada dicen y mucho menos harán, respecto a las cámaras de trampeo que tienen sembradas ilegalmente por caminos y montes y, mucho menos, de los cebos que colocan y manipulan para conducir la fauna de manera artificial hacia la posición fotográfica, creando con ello un gravísimo problema, al acostumbrarse el oso al olor humano hasta el punto de perder el respeto y crear grave peligro para las personas, tal como en su día denunció el escritor y montañero Polledo.
En pocas palabras, el medio ambiente es el comodín que utiliza el Gobierno Regional a modo de excusa, para hacer o deshacer aquello que, de otro modo, le resultaría difícil de justificar. El problema de la naturaleza no son las pistas que comunican fincas más o menos agrupadas, puertos y pueblos, ni el devenir de sus habitantes. El problema es el tropel de políticos, funcionarios y pseudo-ecologistas que la manipulan.

Comentarios:
  1. ecolo-jeta dice:

    Otra gran aportación del maestro ciruela, que da lecciones sin haber ido a escuela.Qué suerte tenemos de tener intelectuales de semejante calibre en nuestro hermoso Valle!!! Si es que no se entiende como tanto talento desaprovechado no ha dado fruto alguno después de tantos años.

    • Casimiro dice:

      Yo expreso mi punto de vista lo mejor que sé, posiblemente con graves errores de redacción y hasta de concepto. Pero digo lo que me parece y lo firmo con mi nombre. Mientras que tú te escondes cobardemente detrás de un insulto-seudónimo que nadie puede identificar, para descalificar gratuitamente sin el más mínimo argumento en que apoyarse. En consecuencia tanto tú como yo quedamos reflejados por lo que decimos y, quienes nos lean sin duda sacarán las consecuencias oportunas.

  2. xixon dice:

    No me gustan los extremos. Rechazo las medidas intervencionistas promovidas por un conservacionismo exagerado diseñado en los despachos de la capital.
    Pero tampoco comparto la visión opuesta, que es la dominante en muchos rincones del valle: «cero» lobos, «cero» osos, muchas pistas ganaderas para subir y bajar con el «quad» o el todo terreno y caza los doce meses del año.
    Y, dicho sea con todo el respeto como lector tuyo que soy, me hace gracia lo de «los mismos montes que nosotros llevamos toda la vida recorriendo y preservando». Bien sabes que los montes ya no se cuidan como antes, basta darse una vuelta por ellos.

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