Publicado el: 24 Abr 2016

Los ángeles de Rañeces (Las Regueras)

Por Leduina BLANCO

“Dicen que no toda distancia es ausencia ni todo silencio es olvido, pero el día de Begoña te fuiste y nos hemos quedado despoblados de alegría porque si había alguien especial en Rañeces ese eras tú, cariñoso y extrovertido, de ojos verdes achinados, dulce sonrisa y lo que más me gustaba de ti era el amor que prodigabas a mis abuelos, a Lola, especialmente, que ayudó a traerte a este mundo en 1964 cuando las mujeres en casa y las matronas eran las vecinas valientes y cercanas, resultando de ese alumbramiento, Juan Carlos, Casa Perucho. Tu madre, que como tren fugaz, ha visto tu vida perecer antes que la suya, siendo crueldad irreparable para la madre que pierde a un ser de sus entrañas, ¡habrá tristeza más grande que esa! San Bartolomé de duelo en un pueblo, recordando el año anterior, con risas, arroz con leche, sobremesa, cacerolas de guisos de amor. Gracias por todo el cariño que brindaste especialmente a mis abuelos, dales un abrazo de mi parte, seguro que todos te acogerán con la bienvenida y la gloria eterna que te mereces, cuídate, te queremos”.

leduinaAsí rezaba este articulo en La Nueva España un 28 de agosto de 2007 cuando lo escribí,después del triste 15 de agosto de dicho año, que partió al cielo nuestro querido Juan, de casa Perucho (Rañeces) y es que también un 15 de agosto de 1999 abrió alas al cielo mi abuela Lola Muria, y se fue sin haberse recuperado del 26 de abril de 1989,que se fue su hijo Tino, grandísima persona,  y que lástima, Juan, que el pasado 2015, también después que tú, se fuera tu madre, Orfelita, nombrarla es pensar en una palabra: bondad, porque si alguien es bueno y humilde, generosa y que siempre quiso a los de casa Muria, esa fue Orfe, de Casa Perucho. Y quien me iba a decir que después de tanto tiempo de dedicarte unas palabras, Juan, también debo de nombrar a tu madre, que si en aquella ocasión ella estaba en la tierra para llorarte, esta vez espero y deseo que abrazada a ti pueda por fin sonreír y descansar en paz, dejar lastre de ese dolor por tu ausencia, y quiero creer y creo, que de Rañeces alzasteis los brazos a Dios y descansáis en la paz y en la gloria.

Y no me puedo despedir sin mencionar un 17 de febrero de 2014 y un 26 de agosto de 2015, fechas muy señaladas y tatuadas en lagrimas de sangre en el corazón, dos mujeres valientes y generosas también de Rañeces, pero eso es aun silencio anudado y duelo por superar, así que por ahora, dar las gracias a La Voz por contar conmigo y poder expresar el eco de muchos que sin palabras sienten esas carencias de vida en nuestro pueblo, Rañeces, y aunque así no fuera, este medio me dio la oportunidad de dibujar un paisaje, hoy se esboza en gris, habrá días de luz con campos de amapolas, como le gustaban a mi madre, e incluso haremos un monaguillo de una amapola, pero hasta entonces, un hasta luego acompañado de un Padrenuestro para todos los vecinos/familiares de Rañeces que eran ángeles en la tierra y lo son ahora en el cielo.

Comentarios:
  1. manurl dice:

    Gracias. Con in onmenso dolor en mi ser. Pues lo vivi de cerca.y lo sufrire por vida. Gracias ledu.

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