Publicado el: 19 Jul 2016

Entran en vigor las normas para comercializar la carne de caza

El Principado exige a los ayuntamientos un local adaptado para que se pueda realizar el despiece en condiciones sanitarias

cazadores proaza

Cazadores de Proaza

Las normas sobre la comercialización de la caza mayor silvestre abatida en el territorio del Principado de Asturias han entrado hoy en vigor, tras su publicación en el BOPA. Una de las principales condiciones que se exigen para poder comercializar esta carne cinegética es la existencia en cada ayuntamiento de una sala de despiece que reúna las condiciones sanitarias apropiadas.

La práctica de la cesión por parte del cazador a detallistas locales de carne de caza tiene que estar sometida a normas específicas de higiene de los alimentos de origen animal. Muchos ayuntamientos del Camín Real de la Mesa no disponen aún de lugares de despiece, lo que impide que el comercio y la hostelería local puedan disponer de la carne de caza, muy apreciada en estos territorios por visitantes y turistas.

El Principado pone en marcha estas normas para «minimizar el riesgo potencial de transmisión de enfermedades por consumo de carne de caza».

Los Ayuntamientos interesados en legalizar la comercialización de este tipo de carne tienen que solicitar a la Consejería de Sanidad autorización siempre para la temporada de caza 2016-2017. Para ello se exige un local apropiado para el faenado de las piezas de caza, además de disponer de Servicios Veterinarios Colaboradores para su dictamen sanitario.

La cesión directa de la caza mayor abatida en el municipio por parte de los cazadores a detallistas locales tendrá que cumplir una serie de condiciones. Por ejemplo, con la excepción de los colmillos, astas y cuernos, la retirada de trofeos no se podrá realizar hasta que se dictamine su aptitud para el consumo.

El local  de despiece tiene que contar con unas condiciones higiénicas y estructurales «tales que la manipulación de las piezas en los mismos no entrañe riesgos para las carnes obtenidas» y, como mínimo, contará con agua fría y caliente en cantidad y presión suficiente y el equipamiento necesario que permita el faenado con el animal suspendido. Por otro lado cada pieza irá precintada de manera individual, debiendo permanecer con dichos precintos durante toda su vida comercial.

Deje su comentario

La Voz del Trubia