Publicado el: 18 Mar 2017

Pequeños autónomos, grandes empresarios

[Desde la ría de Miranda] Por José Manuel R. Antomil

Cuando los grandes poderes económicos, apoyados por sus capataces (los políticos) nos han enseñado sus dientes con toda su crueldad, provocando una crisis que en realidad no existe y que premeditadamente ha devastado la industria, la agricultura etc. dejando el país con una tasa de paro inasumible, con una deuda pública que no se podrá pagar y con una deuda privada que ha llevado a la ruina a millones de españoles, la única esperanza de que esto salga adelante está basada en la actividad de los pequeños autónomos. Son éstos los que están creando el 75% del empleo. Aunque se está gobernando para proteger las empresas del IBEX 35, que paradójicamente solo crean el 5 % del empleo. Cuando se está protegiendo a las grandes rentas, que apenas pagan impuestos y se les permite casi todo, existen en este país una legión de valientes capaces de crear su propio empleo y a la vez generar alguno más. Paradójicamente, es aquí, donde más se necesita de ellos, donde más se les machaca. Es aquí donde más cuota pagan a la Seguridad Social, es aquí donde pagan la electricidad más cara y es aquí donde más se les persigue con impuestos.
Ser autónomo en este país significa tener un socio al 70%, que son los impuestos. Pero ojo, ese socio lo es a beneficios, pues cuando tienen pérdidas el Estado no les deja otra puerta que el cierre de sus negocios.
Ser autónomo en este país significa no poder ponerte enfermo, pues tienes que llevar la cabeza bajo el brazo para que te den de baja, con una pensión de risa y además tienes que seguir cotizando. Ser autónomo en este país significa sacrificar tu patrimonio por el negocio, pues mientras las grandes empresas salvaguardan el patrimonio personal de sus gestores, el autónomo responde con todos sus bienes.
A las grandes empresas se les permite endeudarse con la Seguridad Social, con Hacienda e incluso no pagar a sus empleados. Sin embargo, a estos pequeños quijotes de la actividad económica, no se les permite ni respirar.
Uno que de economía no entiende, más allá de la doméstica, se pregunta:
¿Qué pasará cuando el pequeño comercio tenga que cerrar? ¿Cuando los pequeños bares y restaurantes tengan que cerrar? ¿Cuando los pequeños talleres de mecánica, carpintería etc. tengan que cerrar? Pues simple y llanamente que tendremos millones de parados más, que la Hacienda pública dejará de recaudar millones de euros y que el país entrará en coma. En vez de subvencionar al gran capital, en vez de rescatar a bancos y autopistas ¿no vendría mejor ayudar a estos pequeños pero grandes empresarios? Pero no con subvenciones, sino con cuotas a la SS más asequibles, con una electricidad más barata y con unos impuestos más acordes con la realidad de los negocios. Estoy convencido de que si se ayuda a los pequeños autónomos se estaría ayudando de verdad a la recuperación económica de este país, pero para eso hace falta un proyecto político que no esté al servicio ni de la banca, ni de las eléctricas y mucho menos al servicio de una clase política cada vez más alejada de la realidad de la calle.

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