Publicado el: 25 Mar 2017

[Proaza, sus pueblos y su naturaleza] Linares, tierra de lino

Linares/ Foto Loli Gallego

Por Loli GALLEGO

Linares, el topónimo es decir su nombre, le viene del cultivo del lino, fibra textil importante para la industria de tejidos y también como harina y aceite de linaza, que se extraen de sus semillas, siendo importantes  para la alimentación y para la  industria, ya que son ricas en ácidos grasos como el omega 3, un 75% de la semilla tiene este ácido; además tiene vitamina E, alto contenido en proteínas, fortalece el sistema inmunológico y también contiene hierro, potasio, fósforo y magnesio. Quiero con esto  dar a conocer las propiedades de esta planta, de la que se aprovecha todo, y por la extensión de  este cultivo, la alimentación mediante su harina mantendría a sus gentes dentro de una salud aceptable.

Las Vegas/ Foto de Loli Gallego

Una vez expuesto de dónde viene el nombre de Linares, diremos que es un pueblo del concejo de Proaza desde 1827, que está a 750 metros de altura y que se comunica por carretera con Proaza-Sograndio -Castañeo, teniendo un ramal que lleva a las Vegas, pequeña aldea que limita con el concejo de Grado.

Linares en la Edad Media

Sabemos que una de las rutas para  entrar en Asturias desde la meseta era por  el Camín Real de la Mesa, el cual una vez atravesado  el municipio de Teverga llega al alto de Santiago de la Roza, donde se bifurca la ruta. La que se interna en el municipio de Proaza es la que nos llevará a Linares, en aquellas épocas un cruce de  caminos  muy importante.

Señala Jovellanos en sus Diarios haber pasado por Linares el 18-6-1792, procedente de Valdecarzana y Entrago: «Linares,  cuatro leguas mortales en que tardamos seis horas. Comida a la rústica: rica leche, manteca acabada de salir del zapico, cuajada, truchas fresquísimas del Teverga. Descanso y salida a las cuatro», nos da Jovellanos  un buen testimonio de la aspereza del camino.

Iglesia de Linares/ Foto de Loli Gallego

La historia de este asentamiento humano no es muy conocida, solo se sabe que en el siglo XIII (1275) se tiene noticias de la existencia de una malatería, según consta en el testamento del canónigo de la Catedral de Oviedo D. Bartolomé, con fecha de  17 de noviembre de 1275; cabría pensar que ésta institución tendría más años que los datos conocidos por el testamento del canónigo. Aún quedan topónimos que hacen  referencia  a esta malatería, como ”el caleyo de los Malatos” y “la fuente de la Sarna o de los Malatos”. Dícese de esta fuente que poseía un sesenta por ciento de propiedades medicinales que favorecía la curación de la lepra; y más alejado de éstos está el “Prao de los Malatos”. Todos estos nombres demuestran la existencia de la malatería y por tanto del hospital de San Lázaro. Hoy no se conserva ninguna edificación que haga referencia a las viviendas, las cuales tenían un prototipo en Asturias, que consistía en una celda con una puerta y una ventana.

Si se considera  que estos establecimientos se encontraban en las rutas que iban a Santiago de Compostela y al Salvador en Oviedo; el sepulcro del Santo fue descubierto en el siglo VIII, aunque el auge de las peregrinaciones es a partir del siglo XI, podríamos decir que la creación de albergues y malaterias, conformarían a Linares como un cruce de caminos en dos direcciones, una hacia Sama de Grado, dirección a Galicia y otra hacia Oviedo para visitar al Salvador. Se deduce que fue ruta Jacobea.

Texo/ Foto de Loli Gallego

Que la Iglesia era  la dueña de este territorio queda manifestado por  las obligaciones de pagar diezmos; así se exigían diezmos de escanda, que a mediados del siglo XVIII ascendían en un quinquenio a 18 fanegas. De maíz diez fanegas, de habas negras tres fanegas, de habas blancas una fanega, de avellanas un copín. De hierba solo daba cada vecino un montón cada año que podría valer dos reales. Los vecinos pagaban  comunitariamente catorce fanegas y media de escanda por renta y foro perpetuo ( contrato  perpetuo) debido al hospital de San Lázaro. Por razón de servicio pagaban al párroco, también en común, cuatro fanegas de pan.

Como curiosidad  expongo lo siguiente: «El mayor hacendado  era Jerónimo García, a causa del número de sus ganados, según resultó de la declaración de los vecinos de la parroquia de Linares. Vivía este vecino en una casa sencilla de dos dormitorios, corral y pajar. Se estimó el producto de sus heredades  en 745 reales y seis maravedís y un cuarto, en 13 reales y 25  maravedís y medio la renta de casa, en 16 maravedís y medio la de hórreos, en 32 la renta de foros perpetuos y en 1.083 los esquilmos de sus ganados». (Datos sacados del Archivo General de Simancas. Dirección General de Rentas, libro 451, folios 1.481 a 1517).

La malateria dura hasta mediados del siglo XVIII, en que ya estaba próxima a desaparecer; en 1771 fue incautada por el Real Hospicio que mantuvo sus bienes hasta bien entrado el siglo XIX.

Desde  la desamortización de los Bienes de la Iglesia por Felipe II hasta su incorporación a Proaza

En  el siglo XI Alfonso VI agrega a la Iglesia de Oviedo la Abadía de Tuñón y con ella todos sus bienes, rentas, derechos y vasallos, quedando el territorio de Proaza en régimen de Obispalia. Esta  situación dura 479 años, hasta la desamortización que de los bienes de la Iglesia hace el rey Felipe II en el siglo XVI. Linares, en 1661 se produce la venta de las alcabalas (impuestos de la  Corona de Castilla) a favor de Baltasar de Rivera y Prada, hijo y sucesor del mayorazgo de Prada, por el precio de 18.378 maravedís; durante 159 años es un Coto de la Casa de Prada. Por Real Orden en 1820 se libera la  propiedad, en este momento, es D. Pedro Velarde el  poseedor del mayorazgo de Prada. Después de esta  supresión y  durante siete años forma Ayuntamiento, uniéndose al concejo de Proaza en 1827.

Fiestas religiosas

No se sabe cómo sería la primera Iglesia de esta Malateria, ya que la actual no parece remontarse más allá del siglo XVIII. Sus imágenes fueron destruidas durante la guerra civil de 1936. Las existentes son modernas, La Magdalena y San Lázaro. Aunque el Santo se sabe que era una talla de madera con un  solo perrillo lamiéndole las llagas. Es muy venerado el Santo Cristo, cuya fiesta se celebra con gran devoción en el mes de septiembre, día de la Exaltación de la Santa Cruz. La fiesta de Santa María Magdalena se celebra en el mes de julio. De esta santa lleva el nombre la asociación de vecinos de Linares.

Oviedo desde la Cruz de Linares/ Foto Loli Gallego

Monumento Natural

Es el Mirador de La Cruz de Linares, desde donde se puede contemplar uno de los paisajes más bellos de Asturias. Son varios concejos los que  se avistan desde este paraje: Proaza con su peña Forcada y el Cordal del Aramo en todo su esplendor, Quirós con Peña Rueda y Los Fontanes así como Pedroveya, Teverga con la Sobia, Yernes y Tameza con el Pico el Oral,  Grado con los  pueblos que dan a esta vertiente, Santo Adriano con las aldeas de Castañeo y Tenebreo. Y mirando hacia el Norte la Ciudad de Oviedo. Además cuando nuestra imaginación nos deja vemos el mar.

Linares, uno de tantos pueblos de nuestro Concejo que no se puede dejar de visitar.

Comentarios:
  1. José Audelino García Fernandez dice:

    Nuevamente deseo dar las gracias a Loli por su narración tan detallada de la historia y orígenes del pueblo de Linares. Sin lugar a dudas no conoceríamos los allí nacidos la forma de vida,los diezmos Que se abonaban y el tipo de productos naturales que producían en el pueblo. Llaman la atención los diversos cambios de titularidad que pasaban de unos a otros sin olvidar que era zona habitada. Y que de alguna manera se verían damnificados por tales tratos. Pero no olvidemos a los tiempos que nos remontamos y que todo era válido. Algo hay de bueno en esta historia, y es que existe memoria de todo ello, para el bien nuestro que nos permite conocerla.

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