Publicado el: 03 May 2017

Los ganaderos responsabilizan al Principado de los incendios

Asturias Ganadera achaca las causas de los últimos fuegos al abandono y falta de gestión del monte y su consecuente matorralización

Desmontan los argumentos sobre los últimos fuegos al decir que quemaron en zonas muy pendientes que no son aprovechables como pasto

Piden que los parados formen cuadrillas de desbroce para limpiar y evitar futuros desastres forestales

Uno de los últimos incendios / Foto de Joaquín Arce

Redacción / Grado

Asturias Ganadera ha defendido esta mañana al sector ganadero y se opone a que se le «culpabilice de los incendios en Asturias. Los pirómanos, independientemente de su profesión, deben ser perseguidos sin más especulaciones», añaden.

Según explicaron desde esta organización agraria muchos de los últimos incendios «quemaron zonas muy pendientes, ‘garmas’, poco o nada aprovechables como pasto, y no sólo no tienen interés ganadero, sino que nunca computaron ni computarán para la PAC».

Asimismo explican que la superficie de prados y pastos comunales tradicionales sobrepasan en mucho las necesidades de superficie PAC, máxime si se tiene en cuenta la reducción de explotaciones y cabaña ganadera (de 350.000 UGMs en 1998 pasamos a 235.000 en 2016).

Eso sí, responsabilizan a la Adminsitración de la matorralización de los pastos, lo que puede ser un obstáculo futuro ante la UE: «la inoperatividad de la Administración para controlar la matorralización de los montes comunales sí puede llegar a ser gravosa en el futuro para disminuir los ingresos provenientes de la PAC. Añaden que esa matorralización se produjo cuando se decidió acotar las zonas quemadas.

Además desdramatizan la última oleada de incendios ya que, aunque a falta de más datos «todo apunta a que ha habido años peores tanto en superficie quemada (2009,2011,2012,2015, todos con más de 10.000 Ha), como en número de incendios (2009 o 2012 sufrieron más de 2000), años en los que no se puede achacar el final de los acotamientos como causa» y achacan estos incendios a «las circunstancias climatológicas más que a cualquier otro motivo».

En cuanto a las zonas quemadas explican que «la severidad y extensión de los incendios crece en los lugares donde la matorralización es mayor, casi siempre en montes con poca o ninguna carga ganadera. El peor de los incendios de los últimos años no fue siquiera intencionado por ningún pirómano, sino accidental, pero comenzó y se extendió por un área muy abandonada y matorralizada.

Por eso han defendido hoy la ganadería tradicional  «para disminuir los incendios, su extensión y su capacidad de destrucción, y para ralentizar el proceso de matorralización tras un incendio, pues la presencia de ganado frena su rebrote·.

Proponen una planificación u ordenación rigurosa en los montes y una zonificación «que determine las áreas con vocación forestal y las de pastizal, siempre de forma consensuada con los vecinos, según el terreno y los manejos locales dominantes. Ambas áreas tienen que estar libres de matorral, es lo que evitará siempre la propagación del fuego». Creen también que el presupuesto en extinción es «desorbitado respecto al de prevención que quizá beneficie a alguien, pero al que hay que dar la vuelta».

A juicio de Asturias Ganadera deberían establecerse cuadrillas de desbroce «con personas que actualmente están cobrando paro, adecuando sus horas de trabajo a un sueldo proporcional y digno. Se transformaría la necesidad en virtud; sería eficaz para avanzar en un control de la matorralización a la vez que dignificaría a las personas que se acogieran al plan».

Por otro lado exigen una gestión del territorio «que recupere las pequeñas quemas controladas realizadas por vecinos, que optimizan las posibilidades de gestión y disminuyen enormemente los gastos públicos en prevención y extinción».

Finalmente responsabilizan a la Consejería de Medio Rural de la actual situación «porque ni gestiona el territorio mediante desbroces y quemas controladas eficaces ni permite hacerlo ​desde hace más de treinta años ​a los vecinos y ganaderos. Las normativas asfixiantes de espacios protegidos suponen una verdadera expropiación de derechos e impiden la gestión tradicional de los comunales, fomentando una matorralización improductiva que convierte Asturias en un polvorín a merced de cualquier pirómano o accidente·.

Representantes del mundo rural asesorarán al Gobierno

 

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