«La consejería mira hacia otro lado y no quiere reconocer los daños, hasta que sea demasiado tarde», critica Juan Antonio Valladares
Proponen un «teléfono oso» para alertar de la presencia de ejemplares, y una patrulla que los ahuyente con petardos
Los osos están en expansión y causan daños a la ganadería. Así lo asegura Asturias Ganadera, que exige a la Consejería de Desarrollo Rural que ponga en marcha de inmediato un plan para evitar que se habitúen a los pueblos y la convivencia con la especie se convierta en un problema. «El oso está en expansión, y eso es bueno, no tenemos nada en contra de la conservación de la especie, al contrario. Pero no puede ser a costa del campo asturiano, hay que actuar y hay que actuar ya, antes de que el problema se agrave», aseguró esta mañana Juan Antonio Valladares, de Asturias Ganadera. Valladares afirma que tienen «indicios» de que el Principado «está mirando hacia otro lado con este problema», evitando, por ejemplo, reconocer daños de oso. «Ponen daño indeterminado, o se lo adjudican al lobo,cuando un paisano avezado sabe perfectamente si los daños son de oso. No lo reconocen, quizá porque no quieren ensombrecer la imagen de la especie, o porque así se evitan pagar un 10 por ciento más, como ocurre si los daños sin de oso. Pero incluso con daños a colmenas y a frutales, es difícil que los reconozcan», critica. Para evitar que se genere un problema grave de convivencia, Valladares defiende que hay que actuar, y hacerlo ya. «Hay que tomar medidas serias. Lo primero, pagar los daños sin esquivar el problema, ya que es la única manera de dar al menos alguna satisfacción al ganadero que lo sufre; y hay que atajar el problema de los osos habituados que bajan a los pueblos, evitar que se habitúen. Lo que se ha dicho en algunas charlas, que los paisanos no planten frutales en los pueblos, o que no salgan de madrugada o de noche, es de risa», critica el portavoz del colectivo.
Asturias Ganadera propone hacer un seguimiento genético de la especie, para identificar a los machos envejecidos con problemas genéticos «que pueden estar generando presión en los ejemplares más jóvenes, y los empujan hacia zonas habitadas». Pide que se cree una línea directa, un «teléfono oso», desde el que los vecinos puedan avisar de cualquier problema o encuentro con un ejemplar, y una «patrulla oso» que se desplace a los lugares en los que haya presencia de osos merodeando por zonas habitadas, para espantarlos «con petardos y ruido, o incluso con pelotas de goma. Medidas que no perjudican a la conservación pero que evitan que los osos se acostumbren a la convivencia con humanos, y que se están aplicando en otros lugares».
Durante la rueda de prensa intervino el ganadero de Teverga Lisardo García, que asegura que perdió en lo que va de años unas 40 cabras por acción de osos y lobos, de las 450 que posee.
Los ganaderos destacan que con el ritmo de crecimiento actual «de los 240 actuales se podría llegar a más de 900 en diez años».
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