La Fundación Oso Pardo recuerda que la especie sigue en peligro de extinción

La entidad pide «responsabilidad y mesura» a los ganaderos, y reclama a la Administración que «sea ágil y eficaz» en la valoración de daños y ponga en marcha ya el protocolo ante ejemplares conflictivos

Los expertos acusan a Asturias Ganadera de «alarmismo infundado» y aseguran que hay territorio suficiente para la expansión de la especie

Un ejemplar de oso cantábrico

Redacción/Grado

La Fundación Oso Pardo salió al paso de las declaraciones de Asturias Ganadera, que alertó del crecimiento de la población osera y de los daños y el peligro que supone para el ganado y los vecinos de los pueblos. La Fundación acusó al colectivo de «alarmismo infundado» y criticó lo que considera «una extraña competición para ver quien emite el comunicado más alarmista y dramático» sobre el efecto que tiene sobre el medio rural la existencia de fauna salvaje. «Y nos tememos que en ocasiones se está usando al oso como excusa para hablar de otros problemas diferentes», añade la Fundación, en un extenso comunicado.

«El colectivo Asturias Ganadera parece haberse unido a esta competición, como se deduce de la rueda de prensa que han celebrado ayer lunes 5 de junio. Para empezar, se apuntan a la teoría de la conspiración, según la cual los expertos y la administración estamos engañando a la sociedad sobre el número y evolución del oso en la Cordillera Cantábrica, que sería, como afirma Asturias Ganadera, muy superior a lo que señalan los comunicados oficiales. En realidad, la información disponible sobre la evolución de la población de osos cantábricos procede del conteo y seguimiento anual de osas con crías del año que se viene realizando de forma organizada y transparente desde hace más de veinte años, y cuya metodología y resultados se han validado científicamente y han sido hechos públicos por las propias administraciones cantábricas y por nosotros mismos en muchas ocasiones», afirman los expertos, que añaden que «afortunadamente, es verdad que los osos cantábricos se están recuperando, pero todavía cumplen los criterios internacionales que obligan a considerarlos como una población en peligro de extinción».  Rechazan, por tanto, tajantemente que en diez años pueda haber 900 osos en Asturias, tal como estimaron los ganaderos, una afirmación que para la Fundación Oso Pardo «carece de base científica y transmite un mensaje que no es real, ya que tales cifras no son previsibles ni siquiera si se mantuviera la actual tasa de crecimiento».

Área potencial del oso, «desocupada»

«Tampoco es cierta la idea que se transmite de que los osos viven en un territorio muy limitado y sin posibilidades de expansión, ya que en la Cordillera Cantábrica existen amplias zonas donde la especie estuvo presente no hace muchas décadas y apenas han sido recolonizadas hasta la fecha. La realidad que estamos observando en los últimos años muestra que, al crecer la población, algunos osos empiezan a recorrer y vivir en el corredor interpoblacional, favoreciendo la unión entre ambos núcleos oseros, y han comenzado una tímida expansión por antiguas zonas oseras, aunque gran parte del área potencial del oso aún está desocupada», afirma la Fundación, que reconoce que el crecimiento de la población «plantea nuevos retos a la sociedad», aunque insiste en que se han registrado «poquísimos incidentes entre osos y personas», lo que no da pie a alarmismos. «Pero es cierto que hoy en día hay más probabilidad de conflicto en torno a los pueblos, que cada vez están más deshabitados, donde los osos se acercan, por ejemplo, a comer frutos. Para afrontar este reto, creemos que es fundamental una gestión dinámica que se adapte a cada situación. Esto incluye poner ya en marcha el protocolo de actuación ante osos conflictivos o con problemas que llevamos mucho tiempo pidiendo a la administración, y que parece que está a punto de aprobarse. Asimismo, es deseable que la administración sea ágil y eficaz en una valoración objetiva y un pago justo de los daños de oso, ya que la buena convivencia con las personas depende en gran medida de ello. La mayor parte de los daños del oso se producen en colmenares, y por eso se está haciendo tanto esfuerzo en prevenirlos con cercados eléctricos. Aunque los daños al ganado suponen un volumen mucho menor, está claro que también requieren una correcta y rápida atención. De hecho, consideramos fundamental trabajar entre todas las partes para que su frecuencia sea aún menor», aseguran.

respecto a la propuesta de Asturias ganadera de que se habilite un»teléfono oso» y una patrulla especial que acuda a zonas donde se hayan producido conflictos, la Fundación Oso Pardo destaca que «la patrulla oso existe en Asturias desde hace más de veinte años, y el 112 y los teléfonos de las oficinas comarcales están actuando ya como canales para avisos de este tipo»

«Los planteamientos alarmistas no ayudan al oso, pero tampoco a la actividad ganadera en el medio rural asturiano, porque las exageraciones solo consiguen minar la credibilidad de quienes las difunden. La convivencia pacífica entre osos y la ganadería solo puede garantizarse si se establecen y mantienen cauces de colaboración entre la administración y el sector ganadero, y se actúa por ambas partes con mesura y responsabilidad. Por nuestra parte apoyaremos con entusiasmo todas las iniciativas que propicien esta colaboración necesaria pero también denunciaremos los intentos de manipular a la opinión pública», concluye la Fundación.