Publicado el: 02 Sep 2017

[Perfil] José Ramón Arias, Pepín el de Teverga: «Hay que luchar contra el abandono rural»

La Asociación de Mayores de Quirós rinde homenaje hoy a su presidente, que impulsó la entidad en sus horas más bajas

José Ramón Aruias, Pepín el de Teverga/ Foto de Beatriz Álvarez

Beatriz Álvarez/Quirós

Cuando la Federación de Asociaciones de Mayores del Principado de Asturias (FAMPA) se puso en contacto con José Ramón Arias García, Pepín el de Teverga, para intentar salvar la Asociación de Mayores de Quirós, que parecía condenada al hundimiento inminente, lo meditó mucho. Se trataba de reflotar un proyecto que había nacido en 2002 y que, de repente, se encontraba sin nadie que enderezara el rumbo de una nave que iba a la deriva. Conocedor del esfuerzo que iba a suponer volver a ganarse la confianza de unos socios desengañados y con la gente desmotivada, sabedor de que aquella tarea iba a traerle más de un dolor de cabeza y robarle muchas horas de sueño, aceptó el reto. «Soy una persona muy responsable, si me comprometo lo hago de verdad», nos dice. «Cuando la presidenta de la FAMPA al ver las dificultades en que se encontraba la asociación me pide que eche una mano se nombra una gestora que nadie quería presidir, entonces acepté ser yo el presidente. Pasado el tiempo de la gestora y llegado el momento de presentar una candidatura me encontré con que tampoco nadie quería encabezarla y lo hice yo. Opté por continuar, porque en ese momento ya sabía que había un grupo de personas que querían seguir y un colectivo, el de los mayores de Quirós, por el que había mucho que hacer y eso me animó». Estos últimos cuatro años han sido de mucho trabajo, pues incluso han tenido que reformar los estatutos para adaptarlos a las nuevas necesidades de la asociación. José Ramón, que nació en Sobrevilla en 1936, hijo único, inquieto por naturaleza, estudió en Valdediós, aunque no tardó en descubrir que su vocación no era el sacerdocio, pero sí cierta tendencia a lo social. Completó sus estudios de Bachillerato examinándose por libre en el Alfonso II. Más tarde fue conductor y profesor de autoescuela y presume orgulloso de haber enseñado a muchos quirosanos. Cuenta con una sonrisa que la primera vez que vino a Quirós lo hizo por San José del 1956. «Estábamos en Teverga, alquilamos un coche y nos plantamos aquí. Había una pista que se llamaba «Cuatro Vientos», llovía si Dios tenía agua y bajamos andando hasta la Pachuca». Años más tarde se convertiría en quirosano por matrimonio. Padre de tres hijos, abuelo de cuatro nietos, tiene ahora dos biznietos. Su compromiso social le quita tiempo a la familia, demasiado tiempo en su opinión, sin embargo, no ha encontrado nunca oposición para hacerlo. Y es verdad que la asociación le lleva mucho tiempo, «mucho más de lo que la gente cree», pero «cuando voy a un evento y veo a la gente disfrutar, es el día más feliz de mi vida, la mayor satisfacción». Preocupado por las necesidades de la población mayor, considera que el asociacionismo es una buena forma para conseguir la convivencia entra las personas mayores que salen de su entorno, abandonan su zona de confort, hablan unas con otras. Es lo que se define como envejecimiento activo, buscar actividades de ocio, espacios comunes: «sólo en el hogar no se puede estar». Comprometido con la realidad rural considera que «hay que trabajar contra el abandono de las zonas rurales, uno de los problemas, por ejemplo, los mayores dependen de hijos o nietos, hay que mejorar los servicios». Cuando le digo con espíritu de crítica que a la asociación le falta algo, haciendo alusión a que hay muchas actividades lúdicas y menos culturales, me dice que «hay que adaptarse a la demanda de los socios, yo podría organizar muchas actividades, pero la gente no iría, no va, así que nos adaptamos a lo que sí gusta a los socios». Sin embargo en su mente acaricia poner en marcha un coro de mayores y discurre incansable cómo conseguirlo. A Pepe le gusta tallar madera pero lo tiene abandonado. Hablamos un poco de todo, sobre sus responsabilidades en distintas asociaciones, también de su trabajo como secretario del Consejo de Mayores del Principado de Asturias, acerca del papel de la FAMPA. Pepe considera que es imprescindible federarse, actualmente hay unas 93 o 94 asociaciones federadas, es un vehículo imprescindible para acceder a información que de otra forma no llegaría, subvenciones, trámites y gestión de las mismas. «La federación es el alma para estas asociaciones». Hoy los casi ciento cincuenta socios de la asociación quirosana de mayores le rinden un merecido homenaje, con varios actos y una comida que la que estarán casi todos. Sin su trabajo no estarían hoy dónde están. José Ramón Arias García, que se define como muy exigente y un poco reservado en lo estrictamente personal, tiene humor y ganas de seguir trabajando y en eso está, sus compañeros de aventura aprenden junto a él y en su ánimo está seguir haciéndolo.

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