Publicado el: 29 Oct 2017

Conce entrega el testigo

Concepción Álvarez, que se jubila, dejó en manos de Óscar Menéndez y Aline Gomes, de Valsera, su restaurante La Cabaña de Conce con una fiesta a la que invitaron a amigos y vecinos

Óscar Menéndez, Aline Gomes, Concepción Álvarez y Manuel González / Foto Esther Martínez

Esther Martínez/Las Regueras

En La Cabaña de Conce, en Santullano,  aún se juega la partida a dos turnos, uno el de mediodía, que ocupa la mesa a la izquierda de la entrada, y otro por la tarde en la mesa del fondo. Además el bar  es sede de la Peña Azul del concejo, y uno de los chigres donde aún se conserva la tradición de cantar en cualquier celebración. Tiene una pequeña  tienda-bar, es estanco, centro de reunión de grupos de amigos, de asociaciones y lugar de culto gastronómico de toda la comarca. Concepción Álvarez, su propietaria, está próxima a la jubilación y los habituales del bar temían por su continuidad, pero el relevo no tardó en aparecer. Oscar Menéndez, de Avilés, y Aline Gomes, de Brasil, residentes en Valsera, son desde ayer los nuevos propietarios del establecimiento. La ceremonia de relevo en forma de fiesta multitudinaria tuvo lugar el pasado viernes por la noche, en la que ambas parejas invitaron a todos los vecinos y clientes a la ceremonia de “entrega de testigo”, con una merienda en la que no podía faltar el famoso pan y la bolla rellena características del local. Una de las condiciones que puso la antigua propietaria es que la nueva estuviera con ella a los fogones unos días antes, para enseñarle las famosas recetas que tantos éxitos le dieron; como su repollo relleno, el cachopo especial La Cabaña,  los callos o la tarta de la abuela. “Le conté todos mis secretos y mis trucos de cocina y Aline aceptó encantada”, comenta Conce.

Los clientes despiden al matrimonio/ Foto Esther Martínez

Los clientes del bar se mostraban encantados de que este relevo generacional se produjese el mismo día. “Da gusto ver a las dos parejas, tras la barra unos despidiéndose y otros recibiendo el calor de sus vecinos». El bar lleva abierto desde 2006, aunque durante otros doce años estuvieron en otro local, en el mismo pueblo, hasta que se adquirieron este,  anteriormente ocupado por una sucursal bancaria.

El marido de la propietaria, Manuel González, maestro de profesión y sus hijos echaban una mano, pero el “alma mater” era Concepción Álvarez, que fue modista antes que guisandera y cosía para una tienda de moda infantil en Oviedo. “Cuando abrimos en el local anterior, vino mi prima Maruja, una gran cocinera que tenía un bar en Pravia, a enseñarme unos días sus recetas; de ella y de mi madre aprendí mucho. Pero a mí me gustaba probar e investigar y de ahí salieron las recetas más exitosas.”

“Cómo me prestó hoy que estuviese toda mi gente, quiero que le digáis a todo el mundo, que es un orgullo para mi que hayan venido amigos  de todas partes. Estoy muy agradecida a tantos y tan buenos clientes. Tuve algún famoso, salí en programas de la tele, pero para mi el premio final de mi vida laboral, es teneros a todos aquí”. La Peña Azul, que hace sus reuniones periódicas en el bar, tuvo un detalle para ella; según su presidente Jesús Álvarez “por tantas horas que nos aguantó aquí, como si estuviéramos en casa, haciéndonos a veces rosquillas o bizcocho”.

Otra clienta decía que “los bares en los pueblos deberían ser obligatorios por ley” y Oscar Menéndez y Aline Gomes son la muestra de que en Las Regueras, la ley, aunque sea la del pueblo, se cumple.

 

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