Publicado el: 07 Ene 2018

Cuestas y llanuras existenciales

Por Luis GARCÍA DONATE

Llegó por fin Enero señores, el primero entre los meses, un nuevo comienzo para los que lo necesiten y una oportunidad de seguir trabajando para los que ya tengan un proyecto consolidado. Disculpad los preámbulos, pero como de costumbre pienso que ni siquiera en los artículos de opinión debe uno perder las formas. Así que, con vuestra venia, metámonos de lleno en faena.

La ironía, el escudo de los sabios (y los no tan sabios) ante los reveses del destino, según parece en España somos expertos en ella, si no, que se lo pregunten a nuestros vecinos del sur con su eterna “guasa” andaluza. Parte de esta retranca que esgrimimos sin empacho cuando en vez de zanahorias la vida te da palos, se materializa justo en esta época con la famosa “cuesta de enero”. Época famosa donde las haya en los últimos tiempos en los que azota nuestros bolsillos el Huracán Cristina (la famosa crisis). Quizá algunos la afronten mejor debido al reconfortante peso de unos millones en el bolsillo, fruto seguramente del reciente sorteo de lotería. Ay, quién los pillara.

A los que como a este humilde hidalgo metido a escribano no os haya favorecido la Dama Fortuna y oigáis aquello de “Hay que pedir salud” únicamente me queda deciros que sí, pidamos salud y ración doble a ser posible. Con una mente lúcida y todo más o menos en orden, no hay nada entre el cielo y la tierra que se nos resista vengan cuestas, llanuras o lo que pinte, el mundo espera, disfrutémoslo. Además, lo bueno de la vida no lo compra el dinero, de ser así los de cuna humilde no seríamos felices y yo, gracias a Dios lo soy, aunque como siempre esto tan solo es la opinión de una pluma ociosa, de vosotros depende apreciarla o no. Hasta más ver.

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