Publicado el: 10 May 2018

Guerra a los cebos que envenenan a la fauna

El Principado contrata a un guía canino, que estos días hace batidas por los concejos de Proaza y Quirós, tras la aparición de un quebrantahuesos y varios buitres leonados envenenados

La Fundación Universidad de Oviedo desarrollará un proyecto de marcaje y seguimiento de buitres como «especie centinela»

Parte del equipo de rastreo, con los perros Brisa y Tifón en Quirós, esta mañana

Redacción/Grado

La aparición de varios buitres y un quebrantahuesos envenenados en Proaza y Quirós ha llevado al Principado a reforzar su actuación contra esta práctica ilegal. El Principado ha contratado a un experto guía canino, que tiene a dos perros adiestrados, Brisa y Tifón, para detectar cebos envenenados, peinando las zonas de riesgo. Tras recorrer Proaza, ayer y hoy están trabajando, junto a agentes de Medio Natural, en Quirós, en el Pico Gorrión, por ahora sin resultados. está previsto mantener la búsqueda en los próximos días.

Además, la dirección general de Biodiversidad ha contratado a la Fundación Universidad de Oviedo para que desarrolle un programa de marcaje y seguimiento de buitres leonados, una especie que se considera «centinela», es decir, especialmente sensible al uso del veneno. La aparición de buitres envenenados como los que se localizaron a finales de abril en Proaza) es signo inequívoco de que se están usando cebos, que según los expertos del Principado van destinados a lobos. Las organizaciones ecologistas y conservacionistas destacan el peligro de esta práctica, ilegal, ya que afecta a especies en peligro de extinción, como ocurrió con el quebrantahuesos, y se detectan en zonas oseras.

El Principado ha puesto en marcha además la redacción de una Estrategia contra el uso de venenos, que está en fase de borrador y recogida de sugerencias. Para los ecologistas, se queda corta y llega tarde, más de diez años después de que se aprobaran los primeros protocolos de este tipo en españa para intentar desterrar esta práctica.

La propuesta, en fase de borrador, pretende coordinar una serie de actuaciones desde la Dirección General de Biodiversidad, para intentar acabar con una práctica ilegal (está tipificada en el Código Penal) de la que sólo se percibe la punta del iceberg: en Estaña se documentó entre 1992 y 2013 el envenenamiento de 18.503 animales. “A pesar de lo elevado de estas cifras (que arrojarían una media de más de 1.500 animales y casi 700 episodios anuales), se trata solamente de un pequeño porcentaje, que se estima en torno al 10 % de los casos reales”, señala el documento del Principado, una Estrategia que está en fase de borrador, sometida a consultas entre colectivos sociales, sectoriales y científicos.
En Asturias, del total de 190 expedientes procesados por la administración autonómica en el periodo 2001-2017 por ser sospechosos de implicar envenenamiento ilegal de fauna silvestre, se confirmaron 91 casos. En los municipios del Camín Real de la Mesa se confirmaron doce casos, tres de ellos en Teverga, el concejo más afectado. En Somiedo y Proaza fueron identificados dos casos en cada uno; en Quirós, Oviedo, Candamo, Belmonte de Miranda y Salas, uno en cada municipio, y en el resto, ninguno.
Pese a que parecen muy pocos casos para lanzar una Estrategia y volcar los esfuerzos en atajar este problema, lo cierto es que el estudio considera que los casos identificados son la punta del iceberg, y plantea entre sus propuestas, precisamente, mejorar la detección e investigación, para frenar un problema que afecta a especies en muchos casos protegidas, e incluso puede poner en riesgo la salud humana. Según los datos del informe, los perros fueron los animales más afectados por el envenenamiento, seguidos del buitre leonado (hubo dos casos sospechosos detectados a finales del pasado mes en Proaza). El 13,7 por ciento de los casos los afectados fueron zorros; en el 10,5 por ciento, lobos, y se localizó también un oso pardo cantábrico y un águila real.
La Estrategia propone que dos técnicos de la Dirección General de Diversidad coordinen el programa, con actuaciones de concienciación, pero también de control y sanción. Propone, por ejemplo, la creación de una Red de Avisos de Envenenamiento Ilegal de Fauna centralizada en los Agentes del Medio Natural, aumentar la actuación conjunta con el SEPRONA y la fiscalía y atajar el comercio ilegal de tóxicos, ya que en muchos casos se detectan productos ilegales, como estricnina.

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