Publicado el: 24 May 2018

Asturias centraliza en los guardias rurales la lucha contra los cebos envenenados

Medio Ambiente publica hoy en el BOPA la Estrategia de lucha contra el veneno, que prevé la creación de una Red de Vigilancia, una unidad canina y más coordinación con el SEPRONA

La Coordinadora Ecoloxista considera insuficiente la propuesta, y pide actuaciones más duras, como suspender el pastoreo y la caza en las zonas afectadas

Búsqueda en Quirós, con la unidad canina, rastreando la presencia de cebos en Quirós

Redacción/ Grado
Los Agentes de Medio Natural (guardias rurales) centralizarán la lucha contra el uso de cebos envenenados en Asturias, según se prevé en la Estrategia contra el Uso del Veneno, que hoy publica el Boletín Oficial del Principado de Asturias. La estrategia prevé crear una Red de Avisos de Envenenamiento de Fauna, centralizada en la guardería rural y coordinada por la dirección general de Biodiversidad. Los agentes serán los encargados de desplegar sobre el territorio el Plan de Vigilancia, y contarán de forma estable con una Unidad Canina especializada. También se plantea aumentar la coordinación con el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil y la Fiscalía de Medio Ambiente, y atajar el comercio ilegal de tóxicos, ya que en muchos casos se detectan productos ilegales, como estricnina. La estrategia plantea también trabajar en la prevención, desarrollando un plan de Comunicación y analizando los conflictos con la fauna salvaje que pueden estar en el origen de los envenenamientos, como la mejora en el pago de daños.

En las últimas semanas aparecieron varios buitres muertos y un quebrantahuesos en Proaza y Quirós y se hizo una investigación sobre el terreno, que no localizó nuevos cebos.
En Asturias, del total de 190 expedientes procesados por la administración autonómica en el periodo 2001-2017 por ser sospechosos de implicar envenenamiento ilegal de fauna silvestre, se confirmaron 91 casos. En los municipios del Camín Real de la Mesa se confirmaron doce casos, tres de ellos en Teverga, el concejo más afectado. En Somiedo y Proaza fueron identificados dos casos en cada uno; en Quirós, Oviedo, Candamo, Belmonte de Miranda y Salas, uno en cada municipio, y en el resto, ninguno.
Pese a que parecen muy pocos casos para lanzar una Estrategia y volcar los esfuerzos en atajar este problema, lo cierto es que el estudio considera que los casos identificados son la punta del iceberg, y plantea entre sus propuestas, precisamente, mejorar la detección e investigación, para frenar un problema que afecta a especies en muchos casos protegidas, e incluso puede poner en riesgo la salud humana. Según los datos del informe, los perros fueron los animales más afectados por el envenenamiento, seguidos del buitre leonado (hubo dos casos sospechosos detectados a finales del pasado mes en Proaza). El 13,7 por ciento de los casos los afectados fueron zorros; en el 10,5 por ciento, lobos, y se localizó también un oso pardo cantábrico y un águila real.

La Coordinadora Ecoloxista, que presentó una batería de propuestas en la fase de borrador de la estrategia, considera el plan insuficiente, y lamenta que no se hayan tenido en cuenta sus sugerencias.

«El uso de cebos envenenados en el medio natural asturiano constituye  una de las prácticas más lesivas para los ecosistemas en general y para determinadas especies de fauna amenazada en particular. Además de suponer una amenaza directa para la salud, al afectar tanto a las personas como a los animales domésticos como salvajes. Y que desde el año 2010 está considerado un delito penal, que es necesario perseguir con más medio, viendo los escasos resultados obtenidos hasta ahora», señala la Coordinadora, que destaca que en otras comunidades españolas hay Estrategias contra el veneno en vigor desde 2004. «Han pasado 14 años para un propuesta muy poco ambiciosa como la publicada hoy», afirman los ecologistas, que reclaman «más medidas en la misma línea que han regulado otras comunidades españolas y que el Principado no se atreve a proponer», como suspender los derechos de caza en lugares donde aparezca veneno para facilitar las labores de búsqueda e investigación y preservar la seguridad alimentaria; cerrar al paso o restringir el acceso a los lugares afectados y la prohibición del pastoreo en zonas con venenos durante un tiempo de cuarentena para salvaguardar la seguridad. «Tenemos que acabar con la lacra del veneno sin falta, porque sigue muy presente por toda Asturias», concluye la Coordinadora.

 

 

 

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