Publicado el: 15 Jun 2020

Vivir para contarlo

Emilio Puente, de La Riera, en Somiedo, logró sobrevivir al campo de la muerte de Mauthausen

[Los nuestros que acabaron en Mauthausen V]

Pancarta colgada por los presos españoles en la liberación de Mauthausen

Esther Martínez/ Las Regueras
El BOE del 9 de agosto de 2019 publicó los nombres de 4.427 españoles asesinados en los campos de concentración nazis entre 1940 y 1945. Algo más de un centenar de asturianos formaban parte de esas listas de uno de los episodios más negros de la historia. Pero cada cierto tiempo aparecen datos, como los casi 9.000 documentados por el Ministerio de Cultura. Los archivos alemanes Arolsen son una fuente de investigación a la que se suman otras bases de datos y artículos. En enero se creó en Asturias un grupo de trabajo de familiares, estudiosos y activistas, que se ha propuesto que no caigan en el olvido. El grupo ‘Deportados Asturianos’ fue recibido por la Directora General de Memoria Democrática de Asturias, Begoña Serrano y participó en la mesa redonda organizada por este organismo, con motivo del 80 aniversario de la liberación del campo.
Casi todos los asturianos deportados a los campos de la muerte desde Francia procedían del exilio de la guerra civil. Muchos de ellos fueron declarados apátridas por el franquismo. En Mauthausen el 64% de los internos documentados murieron, pero algunos como el somedano Emilio Puente Pérez, sobrevivieron. Natural de La Riera nació el 9 de mayo de 1910; tuvo el rango de teniente de las Guardia de Asalto. Al acabar la guerra se exilió en Francia y allí se alistó en una Compañía de Trabajadores Extranjeros y fue destinado a la Línea Maginot, junto a su cuñado el llanisco Emilio Valdajos. El 22 de junio de 1940 quinientos mil combatientes se rindieron entre Saint-Dié-des-Vosges y Épinal al invasor nazi, entre ellos Emilio Puente. Tras ser apresados, recorrieron a pie los 150 km. que separaban Epinal de Estrasburgo, ciudad que se usó como un enorme Stammlager o centro de detención, conocido como el Stalag V-D. Dicen algunos supervivientes que en aquellas primeras jornadas no hubo malos tratos, pero el hambre que pasaron fue tremenda. En otoño la Gestapo comenzó a interrogar a españoles. El 11 de diciembre de 1940, 846 españoles fueron sacados del estadio donde estaban recluidos y trasladados desde la estación de tren de Estrasburgo hacia un lugar que desconocían.
En los vagones se podía leer el rótulo de “ocho caballos, cuarenta hombres”, pero se llenó hasta los topes, sin tener en cuenta nada para combatir la sed ni las necesidades fisiológicas. El trayecto del tren era lento, y aprisionados entre los compañeros, ahogados por el calor y sin espacio, el traslado fue auténtica tortura. La parada final, tras día y medio de viaje, era una desconocida estación llamada Mauthausen; en aquel tren viajaba Emilio Puente, el de Somiedo y su amigo Emilio Valdajos, hermano de su mujer. El libro de Etxahun Galparsoro ‘Memorias de supervivencia de un deportado vasco’ menciona en varias ocasiones al somedano, compañero del protagonista, Marcelino Bilbao. Fueron liberados el 5 de mayo de 1945. Un hijo suyo, que llevaba su mismo nombre y apellido, falleció en Asturias en 2007 y varios de sus nietos aún viven en el Principado.

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