Publicado el: 07 Oct 2020

La salud mental también es necesaria

Begoña PÉREZ

Proaza

Hoy mis piernas son dos losas imposibles de mover, me lo tomo con paciencia y coloco auriculares. Pandemia, pandemia y más pandemia. Parece que mis piernas deciden unirse a este estado de desánimo y negatividad. No puede ser posible. ¿Dónde estaba nueve meses atrás? Sonrío y recuerdo. Qué sin sentido es el mundo y qué sorpresas te da cuando rompes con los prejuicios. Después de aguantar una ciática puñetera durante dos meses decido preguntar por la gimnasia que se realiza en mi pueblo. A ver si consigo flexibilidad y elasticidad. Alguien me comenta y tengo mis dudas. “Es gerontogimnasia, no es para ti”. Como tozuda que soy pregunto a las personas que asisten y me comentan otra película que me vuelve hacer dudar. En esto me llama Raquel, de “Rompiendo distancias”, programa que organiza esta actividad y me anima a probar. Yo ya tenía muy buena impresión de tres excursiones culturales organizadas por ella. Y cuál es mi sorpresa….. ¿por qué no lo voy a intentar?  Ya el primer día descubro una clase perfectamente estudiada donde se abarcan todo tipo de ejercicios de elasticidad, flexibilidad, coordinación y equilibrio, con una profesional que marcando un ritmo tranquilo pero sin pausa explica con gran precisión como deben realizarse para evitar posibles lesiones. En esta primera clase ya observo que la mayoría de los asistentes (todos más mayores que yo) me superaban en flexibilidad y elasticidad. Aunque parezca increíble ya el primer día salí sin ciática y muy motivada, porque la monitora, Aurora, era capaz de empatizar con cada uno de nosotros y crear equipo haciendo la clase muy entretenida.
Pasan los meses y voy conociendo más a todos. Mi mente, que tiende al análisis, hace todos los días una evaluación de la sesión realizada y cada día me sorprende más. Todos los días eran diferentes, con ejercicios variados donde ibas ejercitando absolutamente todo el cuerpo. La capacidad de Aurora para explicar al mismo tiempo que entretener, divertir o compartir era realmente sorprendente. Así decido investigar sobre el programa “Rompiendo distancias” y llego a la conclusión de afirmar que con esta actividad se conseguía con creces los objetivos.
Personas de diferentes edades, con diferentes dificultades, con diferentes valores, compartíamos noticias, viajes, historias locales pasadas o presentes, preocupaciones, risas, todo ello dirigido por alguien que supo unir su experiencia profesional con su empatía para conseguir hoy que la echemos de menos. Además de ser necesario tomar todas las medidas sanitarias posibles también es necesario proteger la salud mental de todos nosotros con actividades como ésta, que ya se ha reiniciado.

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