
EL ABANDONO DE LA SENDA DEL OSO OBSTACULIZA EL DESARROLLO DE UN FOCO DE RIQUEZA Y EMPLEO EN LOS VALLES
Por Manuel LÓPEZ, presidente de la Asociación Sendas de Asturias
Manuel López
Desde hacía algún tiempo, un grupo de amigos amantes del monte y preocupados por la situación del medio rural asturiano, veníamos comentando que era una pena el poco aprovechamiento y relevancia que, en general, se estaba dando a las condiciones privilegiadas de nuestra región, y más concretamente a los Valles del Trubia. Pues, además del espectacular paisaje con que cuentan los municipios de Santo Adriano, Proaza, Teverga y Quirós y la dotación de equipamientos (museos, áreas recreativas, sendas, hoteles, casas rurales, restaurantes, empresas de actividades y tiempo libre, …), por éstos transcurre uno de los principales atractivos turísticos de Asturias, la Senda del Oso. Con la voluntad de colaborar y ayudar a cambiar la situación, a principios de 2011 decidimos constituir una asociación denominada Amigos de la Senda del Oso, que posteriormente derivaría en lo que hoy es Sendas de Asturias.
Los fines de la asociación eran los de ayudar a potenciar y favorecer la conservación y mantenimiento de la senda como eje vertebrador de Los Valles del Trubia y fomentar a-ctividades de concienciación social sobre el valor medioambiental, económico y paisajístico que ésta comporta para los usuarios y vecinos de la zona. Con ese objetivo mantuvimos entrevistas con los cuatro alcaldes que conformaban la Mancomunidad de los Valles del Trubia, así como con representantes de la consejería de Agro-ganadería y con las asociaciones de hosteleros de la zona. De estas entrevistas pudimos sacar las siguientes conclusiones:
– Todos estaban de acuerdo en que la Senda del Oso es un importante motor económico para la zona.
– Reconocían que no existía una buena coordinación de los ayuntamientos entre sí, a pesar de ser del mismo signo político (PSOE) ni con el Gobierno del Principado.
– Tampoco existía coordinación entre los hosteleros de la zona, pero tenían gran interés en tenerla y colaborar en potenciarla.
– La Mancomunidad no funcionaba como debería funcionar.
– Se quejaban los alcaldes que los ayuntamientos no tenían capacidad económica para garantizar el mantenimiento y conservación de la senda.
– No existía ningún tipo de convenio, acuerdo, etc. con el Gobierno del Principado para la gestión de este recurso. Incluso no se sabía la titularidad de alguna de las obras y tramos de la senda, y si faltaban por abonar parte de las expropiaciones.
– En este periodo se gastaron más de 2 millones de euros en ampliar la senda hacia Quirós (Santa Marina-Ricabo) y Teverga (Entrago-Cueva Huerta), cuando no había dinero para garantizar el mantenimiento de los tramos existentes.
A pesar de la situación, a principios de 2012 entregamos a los ayuntamientos del Valle del Trubia, Gobierno del Principado y grupos parlamentarios una copia del Proyecto “Amigos de la Senda del Oso” y comenzamos, en coordinación con parte de los hosteleros, a realizar actividades de limpieza y acondicionamiento de la senda para sensibilizar a la población y a las Administraciones sobre la necesidad de su mantenimiento y conservación.
Lo que en resumen, planteaba nuestro proyecto era que estábamos dispuestos a colaborar en garantizar la conservación y el mantenimiento de la Senda del Oso, y a la creación de, al menos, ocho puestos de trabajo de carácter permanente para personas con discapacidad de la zona. Para ello solicitábamos la cesión de dos edificios rehabilitados y cerrados, como son las Antiguas Escuelas y Torre del Campo en Proaza y el Centro de Recepción de La Madrada en Teverga, donde pretendíamos, entre otras cuestiones, crear un Centro de Educación Ambiental y un Servicio de Coordinación y Dinamización de los Valles del Trubia. Ni los Ayuntamientos ni el Principado se dignaron a estudiar nuestra propuesta. Los alcaldes prefirieron continuar con su reducida visión localista de la situación, sin propiciar la cooperación entre ellos. Por otro lado, el Principado continuó actuando a salto de mata o de ocurrencia del “responsable” de turno, especialmente, cuando surgía algún asunto o conflicto relacionado con el cercado de Paca y Tola y la Fundación Oso.
El resultado es que al día de hoy, la Mancomunidad prácticamente ya no existe, tampoco existe ningún plan de mantenimiento de la Senda del Oso, y los hosteleros y empresarios del sector, cada día están más desanimados porque ven como uno de los principales reclamos de la zona se va deteriorando y quedando en el olvido.
Por nuestra parte seguiremos denunciando la situación y presentando propuestas para que estos recursos y equipamientos se destinen a crear empleo y riqueza en el medio rural asturiano que tanto lo necesita.
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