Publicado el: 07 Jun 2015

[Ecos de antaño] ¿Por qué ya no doblan las campanas?

Villamayor (Teverga)

Villamayor (Teverga)

VILLAMAYOR TIENE UNA HERMOSA CASONA CON EL ESCUDO DE LAS CINCO DONCELLAS QUE EN 1809 FUE SEDE DE LA JUNTA GENERAL DEL PRINCIPADO

Por EloIna SUÁREZ

Eloina Suárez / Teverga

Villamayor es uno de los pueblos altos de Teverga, en el valle de Santibáñez. Hoy queda poca gente, los fines de semana hay más y en verano, muchos de los que están fuera veranean en su pueblo.
Tiene una hermoso templo, cuyo patrón es San Pedro. Es una iglesia rural, pero está bien conservada. Probablemente sea del siglo XVI. Tiene una hermosísima imagen de la Virgen del Rosario y otra de Los Remedios, más pequeña, románica, también preciosa. Ahora tiene campana, pero durante la guerra civil se rompió y tuvo muchos años un rail de Hullasa, que con el badajo de la campana, un señor ya mayor, la repicaba de maravilla. Parecía que lloraba cuando alguien se moría. Repicaba con mucha alegría en las fiestas. ¿Por qué ahora en casi ningún sitio doblan las campanas?
Villamayor tiene también una hermosa casona, con un escudo de las cinco doncellas y que, en 1809, durante unos meses, fue sede de la Junta General del Principado, mandada por un militar de los Miranda Flórez de Villamayor, hoy totalmente olvidada de los políticos, los cuales la mayoría no saben ni que existe y muy pocos la conocen. En cuanto a los mayores, me dolía mucho que los llamaran aldeanos porque vivieran en aldeas, dándoles la connotación de paletos. Los mayores eran muy inteligentes, aunque no supieran leer ni escribir. Los abuelos tennían la universidad de la vida, la que no se estudia en los libros, porque la vivían día a día, y sabían que si había un viento cálido del Sur no tardaría en llover. Y si una vaca bajaba del monte porque por la mañana hacía calor, por la tarde: tormenta segura.
No tenían reloj, pero había una estrella que, por verla todos los días a la misma hora, ya sabían qué hora era. Ellos la llamaban el lucero del alba.
En la peña de Sobia hay un repecho en la misma piedra al que, cuando le daba la sombra los vecinos sabían qué hora era.
En una ocasión preguntaron a un veterinario que de qué pueblo era la mejor gente de Teverga y él contestó sin vacilar: “la de Villamayor, porque si necesito gente para una vaca que tenga un parto difícil, allí tengo en un momento a todos los hombres del pueblo y, sin embargo, en otros sitios hay que buscar gente en otros pueblos”.
Otra de las peculiaridades del pueblo es que tiene carbón en muchas partes, además de en las minas que hubo en Maravio, Las Carboneras, Sanralín… En cualquier prao que dés una piconada, sale carbón. ¿Quién sabe si algún día volverán a abrirlas otra vez…?
Teverga, por el hecho de tener carbón en el subsuelo, ha sido y sigue siendo un concejo minero.
Lobos
Villamayor está limitando con el monte. Había lobos que se comían alguna oveja y algún que otro potrillo, pero no había tantos como ahora (por parte de unos, saña de exterminio y por parte de otros, que coman lo quieran). En una palabra: antes había mejor vecindad, venía la rapiega. se llevaba alguna gallina, venía también el pardón y el ferrio… y la cosa no pasaba de ahí. Había mejor convivencia entre la naturaleza y el hombre y se respetaba mucho más.
Durante las dos fiestas mayores, en el descanso de los músicos, había una danza en la que se cantaban coplillas populares autóctonas. Entraban también los mozos a la danza. A veces ellos cantaban: “Entrai mozos a la danza ¿a quién tenéis cobardía? Si no están las que queréis, ya las veréis otro día” y también: “Tu madre a mí no me quiere y la mía a tí tampoco ¿qué nos importa de nada, si nos queremos nosotros?
¡Cuantos noviazgos, cuantos matrimonios salían de aquellas danzas!

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