LA PROTESTA CORTA EL TRÁFICO FRENTE A LA FÁBRICA DE ARMAS Y SE NOTA EN EL AMBIENTE ESCEPTICISMO FRENTE A LA MESA DE NEGOCIACIÓN QUE SE ABRIRÁ EL DÍA 23

FINALIZA LA COBERTURA DEL PARO DE MUCHOS DE LOS AFECTADOS QUE EXIGEN AL COMITÉ QUE NO SE VAYA POR LAS RAMAS Y SE CENTRE EN LA READMISIÓN DE TODOS LOS DESPEDIDOS

Nueva protesta esta mañana de los 55 despedidos de la Fábrica de Armas de Trubia. A pesar de que la empresa ESB ya ha anunciado que está dispuesta a abrir una mesa de negociación el día 23 de este mes, los trabajadores secundaron nuevamente un paro coincidiendo con la concentración. Sin embargo se respira un ambiente de cierto escepticismo entre los despedidos respecto a las intenciones del comité de empresa, dado que hay dudas sobre si lo que se va a negociar es la contratación de personal que acabó los contratos relevos o se va a reintegrar a los despedidos. Por eso la jornada se notaba más tensa. Los desfiles de los políticos por estas concentraciones ya han finalizado, una vez celebradas las elecciones, puesto que están atareados en pactos y negociaciones en las instituciones. Los despedidos lo tienen muy claro y no van a permiti ni un paso atrás. de hecho, esta semana hicieron público un comunicado en el que advierten a los sindicatos que sólo admitirán una readmisión colectiva en la negociación con la empresa. El comunicado es tajante y expresa su escepticismo ante el anuncio de apertura de dicha negociación a la que califican de “supuesta”. Además creen que se está transmitiendo a la opinión pública “un mensaje erróneo que no coincide con nuestro objetivo”.

La situación, aunque ha cambiado con el anuncio de la apertura de la mesa de negociación, empieza a ser más grave entre los 55 despedidos, que ya han finalizado su subsidio del paro. Muchos se quedarán ya sin ingresos, o con percepciones mínimas. Esta circunstancia está generando impaciencia y mayores exigencias de búsqueda de una solución urgente.

Por otro lado, el coordinador de IU en Asturias Manuel Orviz, que acudió a la concentración, reclamó que el incremento de la carga de trabajo que reconoce la propia empresa debe ir aparejada a la contratación de sus propios despedidos.  A juicio de Orviz, la compañía “tiene que contratar a los trabajadores  despedidos y tiene que contratar también a todos aquellos que están sujetos a contratos relevos o que les terminan porque lo que no parece normal es que, si la empresa necesita trabajadores, se deje al conjunto de los que fueron afectados por los despidos en la calle”.