Me quedé fascinado cuando Miguel, un magnífico artista de Colloto a quien debo el haber rescatado mi afición juvenil al dibujo artístico y ponerla de nuevo a vivir, me mostró una serie de obras que le absorven actualmente. Las llama Sudarios y son un conjunto de telas en las que sobreimprime restos de hórreos a punto de caer víctimas de la indiferencia y de su penoso estado de conservacion.
Una vez tratadas con la pericia del maestro, resultan unas bellas y sugerentes estampas que rinden merecido homenaje a estos espléndidos monumentos de la arquitectura popular asturiana abocados, seguramente, a una futura extinción.
Uno, que se precia de ser buen asturleño (madrileño que vive en Asturias), se duele y no alcanza a entender cómo estas singulares construcciones milenarias, signo inequívoco de la identidad de esta hermosa y contradictoria región, se dejan morir sin que nadie, políticos o los propios vecinos y ciudadanos, muevan un dedo por preservarlos de la implacable guadaña del tiempo.
En Asturias hay constatados unos 20.000 hórreos y buena parte de ellos repartidos entre los concejos y comarcas a los que, felizmente, llega este periódico. Muchos pertenecen a varios propietarios, con lo que, los unos por los otros, la casa sin barrer. Alguien, sin duda la Administración, claro, debería de hacer algo sin parapetarse tras la vieja y manoseada excusa de la falta de presupuestos o de entendimiento. Porque lo de la falta de cabeza supongo que no lo va a admitir nadie.
Los Caminantes Regueranos recordaron con una ruta a una de sus más activas integrantes, fallecida…
Las actuaciones se ejecutan a lo largo de un tramo de 14.700 m, cuentan con…
Los vecinos reclaman que se haga el enlace a la A-63, como alternativa a la…
La astrofísica Lucía González, el divulgador Ibán Yarza, la fadista Ana Sofía Varela o el…
Música de acordeón y una larga velada con amigos y vecinos sirvieron para inaugurar el…
Las obras suponen una inversión de 310.739 euros, y en uno de los casos beneficia…