En cada casa se les da un nombre diferente: patatas a lo pobre, patatas a la importancia… Aunque para mí los dos nombre anteriores son de dos recetas diferentes a ésta. En casa las patatas a lo pobre se hacen fritas con cebolla y luego huevos fritos detrás. Y a la importancia, las rebozo antes de freírlas y ponerlas a guisar. Así que en esta receta me quedo con el nombre con la que me la encontré: patatas a la aragonesa. Nos daban la opción de acompañarlas de unas lonchas de jamón frito.
Sea la receta que sea, a mí me encantan y las hago a menudo. Pero precisamente éstas salieron riquísimas y pienso que porque los huevos eran de kika, que son mucho más sabrosos y la patata nueva.
Ingredientes:
1 kg de patatas
3 dientes de ajo
1 cucharada de harina
1 vaso de caldo de carne o pollo
4 huevos
aceite de oliva
sal
perejil
Pelamos y cortamos las patatas en rodajas gruesas como de 1cm.
Sazonamos y freímos a fuego suave en una sartén con bastante aceite para que queden blandas.
Al sacarlas escurrimos y reservamos.
Laminamos 2 dientes de ajo y picamos la cebolleta muy fina.
Lo ponemos todo a pochar en una cazuela con un poquitín de aceite.
Cuando comience a dorar agregamos la harina, rehogamos y vertemos el caldo.
Dejamos que se cocine 5 minutos.
Colocamos las patatas en la cazuela y salamos.
Cascamos los huevos encima y toamos.
Dejamos que se cocine todo junto 3 minutos a fuego suave.
Majamos en un mortero el otro diente de ajo con un poco de perejil.
Agregamos aceite y vertemos la mezcla sobre los huevos y las patatas al servirlos.