Por Beatriz ÁLVAREZ

El próximo mes de agosto hará un año desde que empecé a colaborar con LA VOZ DEL TRUBIA. Ha sido este un año de carreras, de aventuras, de sueños cumplidos y de trabajo. Ha sido el año de la exposición, de pasar de ser alguien anónimo a estar sujeto a críticas por mis palabras, palabras que al ser escritas juegan siempre en mi contra. Tras diez años colaborando con el PDQ que no tiene nada que ver con periodismo al uso, pero que hace un digno y encomiable papel, la gente me conoce ahora por este nuevo periplo (igual tiene que ver con que en el PDQ nos firmen los artículos con un sencillo Bea y muchos no sepan qué Bea es) Bueno eso da igual.

Este año de inmenso esfuerzo, porque no vayáis a pensar que no cuesta escribir, seguir la noticia, buscar al personaje, etc. me he encontrado con gente excepcional y he intentado dar lo mejor de mi.  No sé si lo he conseguido, espero que sí. Un trabajo duro porque no siempre estás de humor para entrarle a alguien que no conoces y fatigoso porque no siempre sabes cómo abordar un tema. He escrito sobre manzanes, abejas y miel, castillos que se caen, vacas que van y vienen buscando pastos y climas mejores y a última hora he escrito sobre el cierre de una mina cuyo resultado va a cercenar el futuro de todo un concejo… He entrevistado a escritores, científicos, políticos, hasta a un director de orquesta…He estado en exposiciones y conciertos con artesanos y fotógrafos, pintoras y músicos. He llenado mi tiempo robándoselo a otras actividades y personas, pero estoy muy, muy satisfecha y muy, muuy agradecida.  Fernando Romero tuvo una gran idea, pero lo mejor que ha conseguido, sin duda, es aglutinar en torno suyo a un equipo de trabajo que respira por su tierra, cuyos corazones laten todos por este valle, un equipo de gente trabajadora y animosa que por supuesto no vive de esto (porque de esto no se puede vivir) y que creen en una forma de vida, la rural, que estando por extinguir lucha por sobrevivir. Cualquier cosa positiva que pase en Quirós es un latido más de vida (también lo malo, pero esto implica menos vida) cualquier iniciativa es un poco más de oxígeno. Me he acercado a los directores de los colegios del Valle, seguramente no haya llegado a todos, porque la visibilidad de la escuela rural es fundamental para seguir viviendo, para seguir latiendo, para seguir respirando, para seguir existiendo y porque necesitamos niños. Queda mucho trabajo por hacer, pero ahí estaremos.
Yo solo quería compartir que estoy detrás de otro proyecto, también trabajoso, pero que si sale será algo precioso e ilusionante, hasta aquí puedo leer. Que sepáis que para nosotros escribir es vivir, soñar, amar, viajar… En algunos casos para algunas personas escribir es respirar. Ahí os lo dejo…