Alertan de que un muro amenaza con caer sobre el cementerio aledaño
Julio Cabal / Belmonte
Los vecinos de Las Estacas, Balbona y Carricéu, en Belmonte de Miranda, temen que la iglesia de San Cosme y San Damián, en estado de semirruina, acabe desplomándose sobre el cementerio donde están enterrados sus seres queridos. Los vecinos han iniciado una recogida de firmas para pedir actuaciones urgentes y Rosalía Menéndez, una de las promotoras de esta campaña, ya ha dirigido escritos al párroco de Belmonte y al Arzobispado de Oviedo. La mayor preocupación de los vecinos es que la construcción se desplome encima del cementerio, ya que se encuentra inclinada hacia dicha zona.
“Los vecinos no estamos pidiendo dinero, sino una solución al problema, la iglesia podría tener arreglo ya que se podría tirar la zona alta del campanario y arreglar el tejado”, señala Rosalía Menéndez. Otra solución que dan los vecinos es que se haga una demolición controlada de la zona afectada, hacia el interior de la edificación, y que se haga un apuntalamiento del edificio, pero consideran que, en todo caso, deben acometerse medidas urgentes.
Los residentes también reclaman que las imágenes y objetos de valor que alberga la iglesia sean retiradas a un lugar seguro hasta que se resuelva el problema del templo, o se disponga de un nuevo lugar donde ubicarlos, ya que para ellos todos los objetos de culto poseen un gran valor sentimental, ya que se trata de una iglesia de 1851 por donde han pasado todos sus familiares, vecinos y seres queridos.
Los vecinos consideran que es el Arzobispado el que debe buscar una solución al problema, porque temen que en el estado en que se encuentra es difícil que pueda soportar otro invierno sin derrumbarse, ya que una zona del tejado está hundida justamente detrás del campanario, un boquete por donde entra el agua hasta llegar al altar , que se encuentra agrietado en paredes y techo. Los vecinos se quejan de que nadie haya acordonado la zona, y temen incluso por la seguridad de las personas que acuden al cementerio a honrar a sus seres queridos. Rosalía Menéndez asegura que los vecinos esperarán un tiempo prudencial, pero que si no hay soluciones o alternativas “no nos vamos a quedar así, vamos a llegar mucho más lejos, hasta el final, escribiremos al Defensor del Pueblo”.
El párroco, D. Alfaro, destaca que ya se ha dado traslado al Arzobispado del escrito de los vecinos, y que está esperando respuesta para organizar una reunión y buscar soluciones al problema, pero reconoce que el templo no está en condiciones para celebrar la misa. Además, está buscando un lugar alternativo para ubicar temporalmente las imágenes y objetos de culto.
Por su parte, la alcaldesa, Rosa Rodríguez, ella está dispuesta a colaborar con los vecinos, pero señala que la conservación de la iglesia y el cementerio no es competencia del Ayuntamiento, por lo que no puede facilitar una solución a las peticiones vecinales.
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