Medio millar de personas acudieron ayer a colocar el Nacimiento en el pico Nolín con la participación de grupos de montaña de toda Asturias

Esther Martínez / Candamo

Candamo, congregó ayer a cuatrocientas ochenta personas para colocar el belén de cumbres de la Federación de Montaña, Escalada y Senderismo del Principado de Asturias (FEMPA) a iniciativa del Grupo de Montaña Moscón y en estrecha colaboración con el Ayuntamiento de Candamo. Participaron grupos de montaña de Oviedo, Gijón, Avilés, Langreo, Nava, Sariego, Laviana, Las Regueras, Grado, Navia y Tapia de Casariego, así como varias asociaciones de Candamo.

A las 9,30 de la mañana, la alcaldesa del concejo, Natalia González, acompañada por Juan Rionda, presidente de la FEMPA y de José Álvaro García, presidente del grupo de Montaña Moscón, daba la bienvenida a todos los montañeros y se congratulaba de que esta actividad deportiva pusiera el broche de oro a un año en el que el deporte ha estado muy presente en la agenda del municipio con la celebración de la I Candamo Trail y la  I Maratón BTT “Asalto a las trincheras”. Desde Grullos la capital del concejo, los autobuses trasladaron a los caminantes hasta La Reigada, punto de inicio de la ruta.

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El día despejado dejaba ver durante el ascenso, a la derecha, la costa desde el Cabo Peñas hasta la desembocadura del Nalón y a la izquierda los puertos nevados de Somiedo y Belmonte. El camino continuaba por El Llanón y Las Paciones hasta llegar a la cima en lo alto del Pico Nolín, del que cuenta la leyenda que su interior alberga una capilla, una larga cueva que llega hasta el Nalón y un valioso tesoro. De los estudios históricos se concluye que cerca de él se encontraba el “Castrum Ventosa”, citado en documentos medievales del siglo XII.

En esta cima de forma cónica, de 539 metros, situada en la parroquia de Ventosa, en La Mafalla, fue colocado el belén de cumbres realizado con materiales reciclados  por los niños del colegio público de Grullos. Desde lo más alto se brindó con sidra y se entonaron villancicos.

El camino continuaba por La Matiella y Las Parrucas (Valdemora), hasta llegar a San Román, donde los excursionistas fueron obsequiados con una entrada al centro de interpretación de la cueva de Candamo en el Palacio Valdés-Bazán y una bolsa de avituallamiento, aunque muchos prefirieron degustar la gastronomía local de la zona con el menú del montañero que habían preparado los establecimientos hosteleros.

Una jornada de confraternización que sirvió para estrechar lazos entre el colectivo montañero y un concejo que merece ser descubierto.