Escándalo en Nochevieja en un restaurante de Las Regueras

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Los asistentes llamaron a la guardia civil denunciando que no había ni uvas, ni calefacción y que estaban casi en penumbra

«No hemos estafado a nadie, hemos pagado a todo el mundo y había comida para todos y orquesta, tenemos las facturas», aseguran los propietarios

Al evento acudieron 340 personas, muchas de las cuales comieron con los abrigos puestos y en un salón con constantes apagones

Niños comiendo con abrigos

F. R. / Las Regueras

A 340 personas se les atragantó la Nochevieja en Las Regueras y no precisamente por las uvas, que no había, sino por un servicio que consideraron «pésimo» y que acabó con una llamada a la Guardia Civil. Se trata de una parrilla de reciente apertura ubicada en Quexu, cerca del Escamplero. Aunque había comentarios de que el establecimiento carecía de licencia, desde el Ayuntamiento confirman que su situación era legal.

Una cena en penumbra, sin calefacción, sin bebidas, con escasa comida, sin uvas ni dulces navideños y con sopas frías y pescado precocinado. Hubiera sido la delicia de Chicote y seguro que hubiera tenido gran audiencia, pero lo cierto es que muchos de los que allí acudieron se quedaron casi sin cenar y lo peor, sin poder tomar las uvas.

Los responsables del establecimiento, muy disgustados, aseguran que no paran de recibir llamadas de comensales de esa jornada pidiéndoles disculpas. «Nos han arruinado la vida. No estafamos a nadie, tenemos las facturas de toda la comida para que se vea que había para todos. Pagamos a los camareros y a la orquesta», explican. En cuanto a las uvas, aseguran que las tenían compradas pero cuando se pusieron a contarlas solo había para 200 «y estaba todo cerrado para comprar más». Además niegan que hubieran desaparecido: «mi marido y yo nos fuimos al coche porque me dio un ataque de ansiedad». Lo que sí denuncian es que mucha gente se aprovechó del tumulto para irse sin pagar las consumiciones. «Estaban las cajas vacías, la gente se aprovechó de la situación». Lo cierto, añaden, es que en este momento «tratábamos de relanzar este negocio que tenía muy mala fama y ahora estamos hundidos, tuvimos mala suerte porque hasta el horno se nos estropeó».

La parrilla abrió hace mes y medio y fue cuando comenzaron a ofrecer a su nueva clientela la «oferta» de Nochevieja. «Primero nos dijeron que iba ser una fiesta en plan familiar, pero en un momento dado vemos que ya había apuntados 300, y ellos son cuatro empleados. Nos dijeron que contratarían a una cuadrilla», explica uno de los afectados, que representa a un grupo de 25 familias de Las Regueras, todos ellos con niños de entre 7 y 12 años. «Nos atrajo porque había menú infantil y fiesta para ellos y aunque no era barato (35 euros adultos y 18 los niños) nos animamos. Los responsables del local pidieron a los que se apuntaban una señal «para comprar» y en un momento dado quisieron subirnos el precio del menú infantil pero nos negamos». Sin embargo los propietarios niegan que se pidiera señal «hubo gente que decidió dejarlo pagado, pero voluntariamente»

Plato con el menú infantil», dos pequeños trozos de escalopín

En cuanto a la luz añaden los comensales: «siempre nos sorprendió que el hinchable infantil que tienen fuera, cada vez que lo ponían en marcha se iba la luz. Daba la sensación de que tenían poca potencia contratada. El día de la cena estaba el aparcamiento a oscuras y la entrada y en el comedor había zonas en penumbra y no había calefacción», explican.

La cena empezó y acabó mal. «No respetaron las mesas reservadas y ya empieza a haber protestas. Cuando llega la sopa está fría, la segunda que traen saladísima y la tercera aguada. La cena de los niños no acababa de llegar y le dieron unos pocos embutidos y dos trocitos de escalopín. El pescado era precocinado y la guarnición estaba cruda. La paletilla de cordero era asada, pero nos dijeron que se les estropeó el horno y la hicieron a la parrilla», relatan algunos de los afectados. «Lo que más nos duele es que hubo niños que comieron solo pan y otros se fueron sin cenar», añaden.

A medida que se acercaba la medianoche algunos comensales fueron a preguntar por las uvas. No aparecían. Tampoco había vino blanco ni dulces navideños. No había uvas para todos. A pesar de la situación la gente permaneció tranquila, aunque se avisó a la guardia civil. «Algunos, a las 12, 30 no habían cenado y se fueron a una hamburguesería de Lugones». Añaden que tuvieron que hacer un escote para pagar a los camareros de la cuadrilla y que habían sido contratados «porque los dueños no aparecieron», algo que ellos niegan.

La alcaldesa de Las Regueras, Maria Isabel Méndez, espera que este incidente «no empañe la buena imagen de la hostelería que tenemos en este concejo, que es muy respetable». A su juicio estas cosas ocurren por falta de profesionalidad y experiencia aunque los que regenten el negocio tengan buena intenciones.

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