Por Gustavo A. FERNÁNDEZ
[La mosquitera]
Últimamente mi salud me ha dado varios sustos y llevo años tomando una pastilla diaria para la tensión. Quizá por eso me llamó la atención la noticia de que un niño de Mieres había salvado la vida a su padre gracias a la serie de televisión “Centro Médico”. Según pude leer ese chiquillo, de 10 años, practicó el boca a boca a su progenitor, le puso de lado para evitar que se ahogara y avisó a la ambulancia tal como había visto hacer en la tele.
La proliferación de muertes por paro cardíaco entre la población ha provocado que tanto administraciones como entidades traten de concienciar a la sociedad y que se tomen medidas para revertir esta situación. Para ello se están habilitando las llamadas zonas cardioprotegidas, que son espacios públicos que cuentan con desfibrilador y personas formadas para su utilización y para saber cómo actuar en caso de paro cardíaco repentino.
El Ayuntamiento de Grado acaba de colocar desfibriladores en el polideportivo, las instalaciones deportivas del Casal, la Casa de Cultura y uno móvil en el vehículo de la policía local. Varios trabajadores municipales hemos recibido un curso de primeros auxilios y manejo de estos dispositivos que pueden resultar básicos para salvar vidas.
El cursillo estuvo muy bien y gracias a él tomé conciencia de que toda la población, desde edad escolar, debería recibir un mínimo de formación en primeros auxilios. Al llegar a casa les pregunté a mis hijos si sabían lo que tenían que hacer ante un caso como este. Llamar al 112, me contestaron, pero lo que no supieron decirme era quién les había enseñado ese teléfono de emergencias. Para que mis hijos además de llamar al 112 sepan cómo actuar, para que ese niño de Mieres no tenga que aprender por pura casualidad en la tele, o para que yo mismo no tenga que esperar a que coloquen un desfibrilador en mi lugar de trabajo, bien estaría que el Principado diseñara un plan formativo de primeros auxilios en colegios e institutos. Ojalá nunca tengamos que enfrentar a ese tipo de situaciones, pero si ocurre, al menos que estemos formados desde niños para afrontarlas.
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