Publicado el: 26 Jun 2017

Diego García de Viescas, un caballero tevergano

Por Juan Carlos GARCÍA

“El hombre”, vieja raza, “el guerrero”, el que vende sus servicios a quien lo necesite y pueda pagar, “el caballero”, aquel que defiende y lucha por los intereses y derechos de su gente. Este era Diego García de Viescas.

La historia de Asturias se caracteriza por sus luchas, guerras, revueltas y rebeliones desde 1,000 años antes de  la llegada de los romanos hasta en pleno siglo XX con la Revolución de Octubre. Pero durante la Edad Media se acrecentó de tal manera que bien pudiera ser calificado como el periodo más oscuro de todos los tiempos. Los siglos XIV y XV engendraron unas generaciones de hombres de armas que si no estaban al servicio del rey en las luchas contra los moros, se alquilaban a otros poderosos para seguir combatiendo, y si no estaban contratados se dedicaban al asalto de caminos y de pueblas para así seguir manteniendo sus huestes de soldados. Por eso eran tan apreciados en la guerra, como nos lo demuestra el Poema de Almeria del siglo XII:

 

“ No irrumpe el último

el arrojado Astur,

Es potente en fuerzas,

no temiendo apurar

las copas de la muerte,

Limpio de aspecto

desprecia el peligro,

Es desenvuelto en la pelea

y no menos apto para la caza,

recorre los montes

y conoce las fuentes por todas partes,

Como a los surcos de la tierra

así desprecia las olas del mar,

Nadie le aventaja en superar

cuantas dificultades encuentra,

Pidiendo en todo momento

la protección del salvador,

Esta nación abandona cabalgando

la región de las hinchadas olas,

y se une a otros compañeros

con las alas extendidas.”

 

Diego García de Viescas fue uno de los caballeros que en el siglo XIV defendieron las tierras de la Iglesia de Oviedo contra el conde Don Alfonso:

“Era muy poderoso señor en Asturias el Conde de Gijón y Noreña Don Alfonso, hermano bastardo del Rey Don Juan y esforzado en esto y por ser mui soberbio codicioso, dio en meterse en las tierras y señoríos de Asturias y la Sta. Iglesia de Oviedo, pidiendo a sus vasallos ciertos tributos y poniendo justicias de su mano. Acudió a dar cuenta de esto al Rey, el Ovispo Don Gutiérre, dio sus provisiones Reales el año 1381 para que el conde no fuese obedezido por los vasallos del Obispo en ninguna cosa, ni sus merinos, como consta de las mismas cartas Reales que están en el Becerro de la

Sta. Iglesia de Oviedo. No basto esto para que el Conde se moderase y así Rodrigo Álvarez de Bandujo, que tenia la encomienda de Quirós y Diego García de Viescas que tenia la de Santeañes y valle de San Pedro de Teverga defendieron valerosamente los vasallos de sus encomiendas como consta del mismo Becerro; y lo mismo hizieron los mas Comenderos…”

Era comendero, por aquel tiempo del castillo de Miranda Diego García de Viescas.

El dicho Diego Garcia de Viescas que rescibía de María Gutiérrez de Villanueva e los labradores

de Valdesantibanes e de Valdecarzana para bastecer el Castiello de Miranda en tiempo del Conde

Don Alfonso, viente e cinco faniegas de pan….”

“E que pagaron a los castelleros de Miranda de su tenencia, que llos devia el dicho Diego Garcia, ocho faniegas de pan.”

Castillo de Noreña en una ilustración del siglo XIX

El caballero

Diego García de Viescas, hijo de Diego García y de Urraca Díaz y casado con Valesquida.

González y en segundas nupcias con Ofresa Moniz.

hijo Diego García el Mozo.

hijas Sancha García y Aldonza García.

Hermanos María García, Aldonza García, Alvar García.

Tía Aldonza García de Gozón.

Nació en “Entriaco” (Entrago-Teverga) y allí vivió hasta que falleció su primera mujerValesquida González después contrae matrimonio con Ofresa Moniz y se traslada a vivir a Viescas. “La casa que foi del dicho Diego García en Entriaco y en la que mora Donna Maria” (esposa de Pero Díaz de Nava e hija de Gonzalo Bernaldo de Quirós).

Herido durante las Guerras Fernandinas con Portugal en 1372, es trasladado a “Çamora” (Zamora)  donde está convaleciente durante algún tiempo, como atestigua en su testamento:

“E que pagaron al abbat de Riello, que emprestara para yr saber saber del dicho Diego García qundo yacía ferido de dardo en Çamora, cien maravedis”.

La guerra de Castilla contra Navarra que finalizó en 1379 con el Tratado de Briones da excusas.

al conde Alfonso Enríquez para pedir tributos en todas las tierras asturianas y leonesas. El obispo de Oviedo comunica a sus “comenderos y tenentes” que no paguen al conde tributo alguno y trasladan el pleito a decisión del rey, el cual da la razón al obispo, pero el conde Alfonso hace caso omiso de la orden del rey vuelve a exigir tributos en Teverga y el resto de las tierras de la iglesia, lo que desencadena una serie de refriegas y escaramuzas entre los hombres del obispo y la gente de armas del conde, y destacan principalmente Diego García de Viescas y Rodrigo Álvarez de Bandujo que obligan a la gente del conde a refugiarse en “Norenna y Xixón”.

En 1395, es nuevamente herido durante el asedio de la villa de Xixón, donde se refugiaba el conde Alfonso Enríquez. Es trasladado a Ovetum y despues a Teverga donde fallece.

Los personajes que a continuación se citan tenían las encomiendas de los valles del Trubia, Teverga.

Quirós, Proaza y Santo Adriano. Asistieron a la Primera Junta General del Principado de Asturias que se establecería pocos años más tarde, todos ellos eran comenderos del obispo Don Gutierre de Toledo.

Ser comendero de las tierras de la Iglesia de Oviedo significaba que tenían un acuerdo o contrato con el obispo para cobrar rentas, poner jueces y alcaldes y defender las tierras y vasallos del obispo.

Diego García de Viescas

Rodrigo Álvarez de Bandujo

Gonzalo Bernaldo de Quirós

Juan Álvarez de Cienfuegos

Alfonso Enríquez, conde de Noreña y Xixon

Gonzalo Suárez de Arguelles, capitán del Conde

Gutierre de Toledo, Obispo de Oviedo

Y los capitanes de los siguientes concejos:

Avilés, Pravia, Villaviciosa, Llanes, Piloña, Grado, Doriga, Luarca, Navia, Cangas, Tineo, Allande, Miranda, Riba de Sella, Siero, Caso, Aller, Parres, Nevares, Cangas de Onís y Somiedo.

 

 

Deje su comentario

La Voz del Trubia