Beatriz Álvarez/Quirós
El pasado sábado se clausuró el III Campo de Trabajo realizado por la Escuela Universitaria de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Madrid y el Ayuntamiento de Quirós.
Este tercer campo de trabajo ha sido definido por el profesor Carlos Sánchez como el más difícil, pues si bien el primero fue más físico y el segundo se medía por metros cuadrados de pintura, «en este no sabíamos muy bien qué iba a pasar, era incontrolable y casi imposible, pero este Valle tiene algo que hace posible lo imposible.»
Los alumnos a los que el tiempo, a diferencia de los dos años anteriores, no acompañó, se enfrentaban al estudio de diferentes hórreos del concejo y a plasmar y documentar todos los datos de forma que su trabajo pase a formar parte de los fondos del MEQ. Siete paneles de otros tantos hórreos y paneras documentan su periplo por Quirós. Los jóvenes procedentes de distintos países y de todos los cursos del grado de diseño de interiores se familiarizaron con esta construcción tradicional y compartieron parte de su tiempo con las gentes quirosanas que les explicaron qué, para qué y por qué del momento actual de los hórreos y paneras.
El acto tuvo un fuerte sabor a despedida pues el profesor Carlos Sánchez abandona la escuela para iniciar un proyecto personal y laboral en el extranjero por lo que la continuidad de esta guapa aventura queda en el aire para el año que viene, si bien ninguno de los presentes cerró definitivamente la puerta a próximas colaboraciones.
Durante el acto de clausura y entrega de diplomas a los estudiantes se procedió a la lectura del fallo del jurado del III Concurso de Relatos que bajo el patrocinio de la Fundación Cárdenas se celebraba dentro de las actividades programadas paralelas al Campo.
Dos de los galardonados repetían Roberto Fernández Osorio que recibió dos premios por sendos trabajos dedicados a sus abuelas, Lola e Isolina y una joven lenense junto a ellos se estrenaba una chica de Piedras Blancas con el texto titulado «Mujer adjetivada»
También se entregaron el el mismo acto los premios de fotografía en dos categorías (interpretativa y mejor fotografía) y los de dibujo también en dos categorías (apunte interpretativo y figurativo).
El Ayuntamiento quiso reconocer el trabajo y la dedicación de dos personas regalándoles la escultura del artista quirosano Juan Falcón, la Avellanera que fueron otorgadas a Javier Cárdenas y a Luis Maldonado Ramos.
Tras el acto los presentes se trasladaron al Albergue de Arrojo a disfrutar de una espicha asturiana que estuvo amenizada por el grupo los L.lamargones.
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