El exalcalde Roberto Pérez, que trabajó como muchos belmontinos en Wagon-Lits, participó en una cena de hermandad, que se celebró el pasado 17 de agosto

Redacción/Grado

Belmonte de Miranda esconde muchas sorpresas. Entre ellas, la vinculación de numerosos vecinos con una profesión peculiar, trabajador ferroviario del servicio de coches cama, que tradicionalmente presta Wagon-Lits. El pasado día 17 se reunieron en una cena de hermandad en el restaurante La Fuyeca 36 comensales antiguos empleados. En torno a la mesa departieron en camaradería y recordaron sus vivencias y anécdotas de trabajo en la larga trayectoria de sus vidas en esta empresa, que fue una parte muy importante para el municipio de Belmonte de Miranda y otros municipios limítrofes.

El encuentro transcurrió con cordialidad, ante una mesa repleta de entremeses, piernas de cordero o merluza, todo regado con buen vino y agua mineral, postre café y chupito. El presidente, Luis Cuendias y el secretario, José Ramón, cedieron la palabra a Roberto Pérez López, exalcalde socialista de Belmonte y antiguo empleado de Wagons-Lits, que empezó recordando el triste atentado de las Ramblas de Barcelona. El exregidor enumeró a numerosas familias vinculadas con la empresa, como los Romarones, los Álvarez de Vigaña y Cezana, los Pérez, Verderones, los López de los Caleyos, Luis Suárez (hermano y primo), por citar a algunos de los belmontinos que desarrollaron esta profesión, que por ejemplo en el pueblo de Cezana tuvo una especial importancia. Como anécdota, recordó que en los viajes a Algeciras, en Casa Alfonso «el dueño Lorenzo preguntaba para la comida; unos decían sopa, otros paella, otros garbanzos, etc.… y la respuesta de Lorenzo era su parecer: paella para todos, vino, gaseosa y postre, 35 pesetas». También tuvo un recuerdo para un amigo del ferrocarril, interventor de Renfe, por su compañerismo con los empleados de coches cama y para Nero, el más longevo de los empleados.

A la cena asistió Maceda, ex dirigente de CC OO, en representación de los sindicatos, cuya labor alabó el exalcalde, que destacó que las centrales sindicales «cambiaron la calidad de vida entre los empleados». También acudieron amigos del ferrocarril como Paco Llanos, su primo Villaverde y Severino, así como de Conchita, exsecretaria de dirección, y Luis. Un acto entrañable que finalizó con el deseo compartido de tener paz y salud.