Los vecinos inauguran una plaza con el nombre del que fuera alcalde de barrio, una persona muy querida en el pueblo fallecida el pasado agosto

Beatriz Álvarez / Quirós

Hoy sábado, como cada segundo sábado de octubre, el pueblo de Aciera celebró la fiesta de su patrona, la Madre de Dios. Una celebración que este año tuvo un sentido nuevo cargado de emoción.
A finales de agosto, aún no se han cumplido dos meses, fallecía Nicanor Fandos, Canor, vecino y alcalde de barrio muy querido por la comunidad. Por este motivo el pueblo decidió no hacer fiesta profana, sin embargo el día de hoy fue un reconocimiento póstumo a Canor. Homenaje a su persona y a su trabajo que todos coinciden es muy merecido. Se inaguró una plaza con su nombre, siendo esto la primera vez que ocurre en el concejo.
Sobre las 13.00 la procesión se dirigió hasta la plaza del pueblo donde de forma solemne y tras unas sentidas palabras de Eva Martínez, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Quirós que se hizo eco del sentimiento del alcalde, que disculpó su ausencia, se descubrió por parte de la familia una placa con el nombre de Canor.

Matilde la viuda, sus hijos Montse, Raúl, Ignacio y Beatriz, presentes en el acto, recordaron como su padre, en palabras de Montse, «adonde le lleváramos no estaba conforme porque él dónde era feliz era en Aciera junto a sus vecinos».
Se da la circunstancia que hoy era la puesta de largo de la Asociación de Vecinos de Aciera «Canor Fandos». En un momento en el que el asociacionismo parece vivir horas bajas, la dinámica comunidad vecinal de Aciera por la que tanto hizo Canor y por la que tanto trabajo constituye una asociación con el ánimo de continuar con el trabajo de este hombre fallecido prematuramente. La asociación presidida por Evaristo Viejo Gonzalez está en proceso de captación de socios, así que todo aquel que quiera apuntarse a la asociación puede hacerlo abonando la cuota anual de 12€. Para más información, contacto con Alberto de Sol Horrin, vocal de la asociación.
Nicanor Fandos, Canor, fue definido hoy como el Alcalde de barrio de todos, «conciliador, educado, paciente y compresivo» en palabras de Ovidio García, para Eva Martínez, Canor era «buen amigo, cercano, amigo y vecino» siempre decía «Eva, ensín priesa, pero que se faiga»