Beatriz Álvarez/Quirós
Rosa Manzano presentó ayer, abrigada por su familia y amigos, acuarelistas y algunas artistas quirosanas, la que es su segunda exposición en solitario en la Fundación Alvargonzález de Gijón.
Ramón y Cecilia Alvargonzález fueron sus anfitriones en una apuesta de la Fundación que lleva su nombre por facilitar espacios para dar visibilidad al talento que no ha encontrado aún su
merecido hueco en el panorama creador asturiano «autores noveles cuya firma no está reconocida comercialmente» en palabras de Ramón que agradeció a Rosa «la confianza que ha tenido en esta Sala para montar esta exposición». Rosa Manzano por su parte agradeció a la Fundación, a la asociación de acuarelistas y al arquitecto Javier Hernández Cabezudo, trabajador del Ayuntamiento de Gijón, que también pinta acuarela y es miembro de la asociación de acuarelistas, Acuarelastur que puso a Rosa en contacto con la Fundación y expresó «sabéis que lo que más me fascina en el mundo ye la acuarela y eso ye lo que hay aquí así que espero que disfrutéis y que os guste».
La exposición que podrá verse hasta el 27 de julio y luego en Cangas de Onís, recoge 27 acuarelas de formato pequeño mediano, con un estilo claramente figurativo, en las que hay abundantes paisajes costeros, marismas, dunas, barcas a la orilla de la playa de la ciudad de Gijon y su entorno así como de los concejos vecinos de Castrillón y Avilés, pero también paisajes urbanos de la ciudad que acoge la muestra en los que Manzano capta con sus pinceles a la perfección la atmósfera marinera que impregna la ciudad, como por ejemplo en «Niebla en el Naútico», junto a calles de la misma como la calle Capua o Jovellanos. No olvida la artista la Asturias de interior, su Quirós natal en la titulada «Valdemurio», ni tampoco el Valle de Trubia como en «Casona en Trubia» consiguiendo el maridaje perfecto entre mar y montaña, tonos arenas y verdes luminosos, rasgo característico de nuestra tierra. También hay en la exposición un guiño a la obra de su hermano Adolfo con la acuarela «Los díes fuxios» que retrata la escultura del mismo nombre que tiene este autor en la ciudad.
La autora que maneja la complicada técnica de la acuarela nos enseña la luz de Gijón, al mar encontrando un horizonte de hormigón en la Escalerona, los suaves verdes en contraste con la arena de las playas asturianas volviendo a demostrar, igual que hizo en año pasado en la muestra que presentó en Quirós «Nel color de la niebla encuentro abelugo», su delicada sensibilidad para mezclar colores, su pasión por pintar y su entusiasmo contagioso que marca con fuerza y fidelidad a si misma en su obra.
Para finalizar el acto se sirvió un vino español durante el cual el numeroso público pudo departir con la autora.
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