Somiedo, Yernes y Tameza, Quirós, Belmonte de Miranda, Teverga, Proaza y Santo Adriano registran cien veces menos densidad de población que Oviedo

L. S. N./ Grado
Hay municipios de España que tienen menos habitantes que Laponia. Aunque Asturias no llega al abandono de la España vacía que retrató el escritor Sergio del Molino, hay grandes zonas del campo asturiano que ya se asoman al “invierno demográfico”, con enormes consecuencias sociales y ambientales.
En la comarca del Camín Real de la Mesa siete concejos no llegan a doce habitantes por kilómetro cuadrado, cien veces menos que la densidad de población que registra Oviedo.
La capital tiene 1.181 habitantes por kilómetro cuadrado. En el otro extremo se sitúa Somiedo, con sólo 4,10 habitantes por kilómetro cuadrado. Junto a Somiedo está Yernes y Tameza, que tiene poco más densidad, 4,9 habitantes por kilómetro cuadrado, y Quirós, que no llega a seis. En Belmonte de Miranda la densidad de población es de 7,68 personas por kilómetro; en Teverga, de 9,78; en Proaza, de 10 y en Santo Adriano, ya a las puertas de Oviedo, de 11,95 habitantes.
La baja densidad de población hace muy difícil, cuando no imposible, mantener el uso tradicional del territorio, y facilita la aparición de fenómenos nuevos, como los grandes incendios, el abandono de caminos y pastos. El problema afecta más a los municipios de montaña y a los más alejados del centro de la región, pero no deja de tener impacto en todo el territorio rural, con brutales diferencias de densidad de población en sólo un puñado de kilómetros. El concejo del Camín Real de la Mesa menos desertizado es Grado, con 46,73 habitantes por kilómetro cuadrado, una cifra muy alejada de la de Oviedo, y también de la media de Asturias, que se sitúa en 98,34 habitantes por kilómetro cuadrado. Tras Grado, se encuentra Illas (con 40,22 hb/km) y a medio camino se sitúan Salas (23,18); Las Regueras (28,99) y Candamo (28,47), según cifras de Sadei.
En cuanto a la población global de los municipios, al margen de su territorio, dos de los concejos del Camín Real se hallan en riesgo de desaparición, que según los criterios de la Federación Española de Municipios y Provincias afecta a los que tienen menos de 500 habitantes. En esta situación están Yernes y Tameza, con 140, y Santo Adriano, con 278.
En Asturias, son en total nueve los municipios con menos de 500 vecinos, y no hay ninguno con menos de cien. Nueve concejos asturianos tienen entre 500 y mil habitantes, una situación que la FEMP considera de riesgo moderado. En la Comarca del Camín Real, sólo Proaza está en este rango de población, con 754 vecinos.
El empleo, clave
Para la FEMP, que en 2016 publicó un informe detallado sobre la situación en la España rural, hay “una triple realidad: de un lado, la crisis demográfica de conjunto en la que está inmersa España; en segundo lugar, la cada vez más crítica situación de las provincias más azotadas, desde hace décadas, por la despoblación; y, en tercer lugar, la cada vez más preocupante situación de las áreas rurales, castigadas por el éxodo rural, por la falta de renovación generacional, por una pérdida continua de habitantes y un envejecimiento de sus censos”. El empleo es clave para fijar población al campo, pero hasta ahora no se ha dado con la tecla para revertir una situación que “evidencia un problema sociopolítico de primer orden”. Y es que las políticas agrarias no han conseguido que el territorio despegue, y el turismo no ha cogido el relevo.
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