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Redacción/Grado
FAPAS ha renovado su dispositivo de seguimiento del oso pardo, con la colocación de 115 cámaras automáticas para estudiar las costumbres de la especie en libertad. Se trata, según informa la entidad, de «cámaras de alta tecnología que permiten obtener imágenes de gran calidad y realizan disparos automáticos con gran rapidez, lo que garantiza que todo lo que pasa por delante del objetivo queda fotografiado».
El sistema de seguimiento fotográfico se utiliza desde hace más de veinte años, pero el equipo ha sido renovado con «cámaras de grandes prestaciones, que hace fotografías a alta resolución tanto de día o noche, envían las imágenes vía SMS o trabajan en equipo simultáneamente varias cámaras sincronizadas».
Entre los objetivos está el conocimiento de los hábitos alimenticios de la especie, uno de los aspectos que genera problemas por la convivencia con los seres humanos. Según asegura la entidad, «el seguimiento del oso con cámaras ha permitido conocer aspectos de la alimentación del oso poco conocidos, como la explotación de las carroñas. Los animales muertos en la naturaleza son una fuente de alimentación muy importante para el oso. Si encuentra carroñas en el invierno y en primavera hay fruta suficiente, el oso pasa desapercibido en la montaña y apenas genera problemas. Si no encuentra carroñas en invierno, en primavera busca alternativas proteínicas en las colmenas con el consiguiente enfado de los apicultores. Pero la culpa no es directamente del oso, si no de la retirada de carroñas que las administraciones impusieron de manera drástica sin tener en cuenta su importancia para la alimentación de la fauna salvaje».
El uso del fuego contra el matorral también perjudica a los hábitos alimenticios de los osos pardos, ya que «elimina miles de hectáreas de terrenos que producen alimento a los osos obligándolos a buscar alternativas que en ocasiones implica la presencia de osos cerca de entornos humanos». También cuestiona la proliferación de basureros pirata en el monte. «Son zonas en las que si se depositan residuos alimenticios, la fauna salvaje y entre ellos los osos acudirán en busca de comida. Comer en la basura puede generar un cambio en el comportamiento de los osos, habituándolos a hacer recorridos donde puedan obtener alimento con facilidad. El más abundante, en los contenedores que hay en cada localidad rural de montaña. Es por eso que FAPAS va a iniciar un estudio de investigación mediante el seguimiento fotográfico de alguno de los basureros ilegales que tiene localizados en zonas oseras que pueden resultar peligrosos al provocar un cambio en el comportamiento alimenticio natural del oso», anuncian.
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