Los vecinos encendieron ayer la iluminación del pueblo quirosano, en la que colaboran todas las casas y se adorna la capilla de la Madre de Dios

Beatriz Álvarez/Quirós

Ni Vigo, ni Madrid, ni Oviedo, la pequeña aldea quirosana de Aciera procedió a inaugurar ayer la Navidad con el encendido de las luces navideñas trayendo la magia de estos días al concejo. Las casas de los vecinos lucieron ayer sus mejores galas luminosas para recibir a los cientos de curiosos que se acercaron para participar de un acontecimiento que ya se ha convertido en tradición navideña y en la que los niños son los principales protagonistas.
A las 19.00 de la tarde estaba previsto proceder al encendido de la capilla de la Madre de Dios, situada en la entrada del pueblo si bien la gente había comenzado a llegar mucho antes. En torno a la capilla se reunieron un montón de niños y niñas. Este año la encargada de encender ha sido Claudia Forcada Fandos que no cabía en sí de la emoción y los nervios. Claudia estuvo acompañada por su hermana Candela y primas más pequeñas.
Tras la inauguración oficial vecinos y visitantes se dirigieron a recorrer el pueblo y admirar las diferentes casas iluminadas. “Impresionante”, “espectacular”, “qué gran trabajo” eran algunos de los comentarios que se escuchaban entre la gente. Concluido el paseo y para combatir el frío propio del tiempo en que estamos, la asociación de vecinos había preparado una gran chocolatada acompañada de dulces navideños en la carpa instalada en la plaza Nicanor Fandos. En ese mismo lugar los niños presentes pudieron conversar con el príncipe Areica perteneciente al cortejo real de sus majestades de Oriente que no solo recogió sus cartas sino que les entregó un pequeño y dulce detalle.
Para finalizar la noche se procedió a sortear entre los socios una cesta de Navidad valorada en 300 euros.