El músico, miembro fundador del grupo de folk Xera y con una larga trayectoria en la música asturiana, ofrece pequeños conciertos desde su ventana cada anochecer

Redacción/Trubia

Al caer la noche suena en Trubia, sobre las calles vacías y el río, música de gaita. El que toca es Iván Álvarez, Iván de Trubia, un gaitero de larga trayectoria que todos los días, a las ocho de la tarde, rinde desde su ventana un homenaje musical «a todas esas personas que están en cada frente de esta batalla que libramos contra el maldito coronavirus. Un pequeño homenaje que ayuda también a los vecinos a levantar el ánimo y a creer que pronto ganaremos esta guerra». Ayer tocó la Marcha Procesional de Antón el Neñu y el himno de Asturias, y hoy volverá a hacer sonar la música asturiana.

«Me dedico a la ingeniería electrónica en Thyssenkrupp Airport Systems,  e intento compaginar la música con mi trabajo. Llevo tocando desde que era un crío, y poseriormente me formé como gaitero con José Manuel Tejedor», señala el músico, que ha tocado como solista para grupos de baile como Nocéu de Trubia, Olloniego, Pleamar de Avilés, Sabugo Tente Firme de Avilés y Prau Llerón de Mieres, además de participar en festivales en diversos países del mundo, como el homenaje a Pedro Menéndez en San Agustin de La Florida en USA. Fue fundador del grupo Xera, de San Andrés de Trubia, con el que publicó un disco y actuó en festivales folk como los de Ortigueira, Segovia, Salamanca, Badajoz y Málaga. Ahora, confinado en casa junto a su pareja (ambos ‘teletrabajan’), afronta el aislamiento «con mucha fé y esperanza de que estas medidas pronto se vean reflejadas en la cifra de personas infectadas y permitamos que el sistema de salud pueda asumir al volumen de infectados con todas las garantias». En este extraño paréntesis en la vida de todos, Iván ofrece su música cada tarde para los trubiecos.