Publicado el: 02 Abr 2020

Regresan los hunos

Luis García DONATE

Bienvenidos una vez más queridos lectores a este pequeño rincón dedicado al pensamiento, actualmente bajo asedio como lo está casi todo el mundo lamentablemente. Hoy os traigo una reflexión venida del pasado remoto pero que casa muy bien con la  coyuntura en la que nos vemos sumidos. Si os parece, allá vamos.

Con el devenir de los siglos el ser humano ha venido enfrentándose a un gran número de enemigos, unas veces plagas,  otras hambrunas y en otros casos guerras, ya fuesen padecidas por uno mismo o causadas al vecino por algún motivo  determinado, a veces algo tan idiota como un litigio de fincas a gran escala entre clanes.  A fin de cuentas y por desgracia, ese tipo de “inconvenientes” no nos son nada ajenos y menos en estos momentos en los que nos encontramos sitiados por la enésima epidemia de esta era que nos toca vivir.  Teniendo esto en cuenta el otro día me dio por pensar, fuera de los obvios paralelismos catastrofistas con la peste negra e incluso con el apocalípsis zombie que circulan por ahí, que esta situación de cuarentena tiene cierto parecido con lo que debieron de sentir los romanos cuando los hunos traspasaron las fronteras de su imperio, o cuando los magiares anegaron los reinos de la Europa medieval. Ahora también nos resguardamos tras los muros de un castillo, cada cual en el suyo, también esperamos que esto pase y desde aquí yo os digo que tengo la firme creencia de que esto pasará, si mantenemos la cabeza fría tras los muros de nuestro castillo personal y dejamos que los sanitarios y científicos, nuestros caballeros frente a este nuevo enemigo, lo combatan como solo ellos son capaces, podremos salir de esta indemnes. Ya se han producido bajas, es cierto, pues nos batimos con un mal poderoso, pero de nosotros depende que esa peste no cause más daño. Sigamos el ejemplo de los antiguos y conservemos la calma y la prudencia en la adversidad. Ese es el consejo de vuestro apreciado bardo.

Hasta aquí la reflexión de este mes, como siempre espero que haya sido de vuestro agrado. Antes de despedirme quiero pediros a todos, los lectores habituales, los nuevos, los conocidos y los que no lo son, cuidaos mucho y andaos con ojo, es lo que toca. Mi más afectuoso saludo a todos y esperemos que para el próximo artículo esto sea solo un mal susto. Hasta entonces quedo a vuestro servicio.

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