El alcalde dirigió ayer la asamblea abierta, en la que se decidió la representación de la mesa de trabajo para reorganizar los puestos
Redacción/Grado
Más de un centenar de personas asistieron ayer a la asamblea abierta sobre el mercado moscón, una reunión en la que el alcalde, José Luis Trabanco, volvió a la actividad municipal, pese a seguir de baja tras sufrir un infarto. El alcalde (acompañado por la alcaldesa en funciones, Elsa Suárez; por la concejala de deportes, Lorena Álvarez, y por Ana Miranda, que sustituirá a Edelmiro González), estableció en la reunión cuál será el marco de la negociación: el mercado se ampliará, sí o sí, para evitar aglomeraciones o cuellos de botella, y se seguirán los criterios de los técnicos municipales en cuanto a la distancia de puestos. Cimadevilla y la calle Asturias quedarán unidas al mercado. Con estas premisas, se establecerá una mesa de negociación, que quedó constituida con los representantes elegidos en la propia asamblea, que negociarán para preservar los intereses de los distintos sectores: vendedores de textil y calzado; vendedores de productos agroalimentarios; comerciantes y hosteleros; equipo de gobierno y partidos con representación municipal.
Los vendedores de textil y calzado defendieron en la reunión que se respete la distancia de metro y medio que fija la normativa regional. Alfredo Jiménez, representante de una cooperativa de vendedores, destacó que en otros municipios se está haciendo sin problemas, y que están dispuestos a acortar puestos pero no a perder la ubicación que tenían antes de la crisis sanitaria.»que se ajusten los puestos, pero que no se quite a unos para poner a otros». De similar manera se pronunció José Manuel Gabarri, de la Plataforma Sindical de vendedores ambulantes, que destacó que los vendedores ambulantes de ropa «también hemos levantado el mercado». Comerciantes como Sagrario Fernández, impulsora de la nueva asociación de comercio y mercado del concejo, defendieron aplicar a rajatabla las medidas sanitarias, porque «un nuevo confinamiento podría acabar con muchos negocios», en una asamblea en la que también salió a relucir la sospecha de que «se esté utilizando el COVID-19 para hacer cambios en el mercado que ya se tenían pensados». Finalmente, se nombraron los representantes de la mesa, y Trabanco resumió el punto de partida de la negociación: «La huerta de Grado es nuestro espejo, pero no sobra nadie».
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