La nueva norma, que acaba de concluir su plazo de participación pública, obliga a enterrar el cucho y establece una distancia mínima de 300 metros de edificios para los montones de estiércol
Ciudadanos lleva a la Junta una proposición no de ley para que se suspendan su aplicación estricta en Asturias, ya que consideran que sería un golpe fatal para el sector ganadero asturiano
Redacción/Grado
La obligación de inyectar los purines en el suelo, una amenaza sobre el uso tradicional de ‘cucho’ que lleva ya varios años planeando sobre el sector ganadero asturiano, vuelve a estar sobre la mesa con el nuevo decreto de normas para la nutrición sostenible de los suelos agrarios, que se aprobó a finales del pasado mes de septiembre y estuvo en proceso de participación pública hasta el 19 de octubre. El borrador de decreto prohíbe la aplicación de purines por los sistemas de plato, abanico o cañón, y en el caso del estiércol sólido (cucho), obliga a enterrarlo en un plazo máximo de cuatro horas desde su aplicación. En cuanto a las pilas de estiércol (cucheros), se prohíben en las zonas habitadas, estableciendo un plazo máximo de 24 horas cuando esté a menos de un kilómetro del casco urbano, y 5 días máximo si está a más distancia. Se establece además una distancia mínima de 300 metros de cualquier edificación, incluidos establos. El borrador del decreto, que incluye la obligación de tener un plan anual de abonado, puede consultarse en este enlace.
El grupo parlamentario de Ciudadanos ha presentado una proposición no de ley en la Junta General en la que pide al Parlamento asturiano que inste al gobierno a adaptar la normativa a las condiciones específicas de la Cornisa Cantábrica, con muchas explotaciones familiares y donde la regulación es de muy difícil o imposible cumplimiento. La formación naranja considera que la norma supondría un golpe fatal para el sector, tanto de carne como de leche, facilitando la deslocalización de explotaciones en beneficio de macrogranjas en zonas llanas, como la meseta. En cuanto a la aplicación de los purines, Ciudadanos señala que «en la mayoría de las parcelas del norte de la península, este tipo de maquinaria no podría trabajar, en muchas de ellas ni siquiera lograría acceder o se hundirían por su excesivo peso, y todo ello, sin tener en cuenta la cuantiosa inversión que tendrían que realizar los ganaderos». También considera de muy difícil aplicación la distancia de 300 metros mínima para las pilas de cucho. «El almacenamiento del estiércol solido producido en las explotaciones ganaderas, debido a las condiciones y tipología del medio rural de Asturias en que las edificaciones se encuentran dispersas por las parcelas próximas a los núcleos urbanos hace que el implantar distancias mínimas a edificaciones desde las zonas de almacenamiento del estiércol en las propias explotaciones sea una medida de complicada aplicación y de imposible cumplimiento», señala la formación naranja. Y plantea que la Junta inste al Gobierno a «permitir el uso de los sistemas tradicionales de aplicación del purín mediante plato y cañón en Asturias, por las especiales condiciones climatológicas, orográficas, de modelo de explotación familiar y estructura de la propiedad minifundista», y a «adaptar las distancias mínimas y los plazos en la aplicación de purines que se establecen el Proyecto de Real Decreto para el almacenamiento del estiércol en el Principado de Asturias teniendo en cuenta su orografía, climatología y la estructura minifundista de las parcelas de nuestra región».
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