[Entrevista] Sergio Suárez, presidente de la IGP, apuesta por el cooperativismo y por la concentración parcelaria para profesionalizar el sector y producir más
F. Romero / Grado
Sergio Suárez López (Coaña, 1980) es el nuevo presidente de la IGP Faba Asturiana que agrupa a 147 productores con 185 hectáreas sembradas en toda Asturias, también en Grado, Salas y Belmonte. Suárez tiene tres objetivos fundamentales en esta nueva etapa “certificar, unir y crecer”, aunque su gran propuesta es que la IGP sea también un importante centro de formación para evitar que desaparezca el cultivo de la faba asturiana. -¿Mucho por hacer aún por la faba asturiana? – Sí. Pretendemos profesionalizar el sector, hay que animar a hacer cooperativas. En Asturias los cultivos son muy pequeños y necesitamos más producción, maquinaria, instalaciones… También queremos aumentar la certificación de la faba. En 2019-2020 se produjeron 246 toneladas, de las cuales se certificaron 180, y se podrían certificar 80 toneladas más sin esfuerzo. -¿Cómo fue la cosecha de este año? – Se trabajaron 185 hectáreas, pero aún están desgranando. Mi impresión es que ha sido una cosecha buena porque se están haciendo mejor las cosas. No llegaremos a la cosecha del año pasado pero nos acercaremos. -¿Temen que no haya relevo generacional en la producción de faba asturiana? – Los datos que tenemos nos indican que los nuevos productores están entre 30 y 50 años, y alguno de menos de treinta. Es buena señal. El problema es en algunas zonas tradicionalmente productoras de faba, como el centro de la región (Pravia, Grado, Salas, Siero…) hay cultura de faba pero no relevo generacional. Lo que pretendemos es convertir a la IGP también en un centro de formación para que los que quieran empezar de cero estén bien asesorados y sepan con precisión a lo que se enfrentan. – ¿No le preocupa que haya cada vez más vegas abandonadas? – La propiedad de las vegas está muy fragmentada. Es bueno ir hacia la concentración parcelaria y al banco de tierras pero es difícil cambiar la mentalidad de la gente del campo y necesitamos terrenos. Estamos produciendo 246.000 kilos y hay demanda para un millón y medio. Necesitamos mucho suelo para que los procuctores de faba, que viven solo 6 meses al año de ella, puedan diversificar. En septiembre las grandes superficies ya no encontraban faba asturiana – ¿Cómo atraer a la juventud? – Hay que informarles bien y nosotros somos los más capacitados para ello. El campo no es un sacrificio, es un modo de vida. Hoy la faba es un ingreso complementario, pero se puede hacer algo alrededor de la faba, vender faba fresca que demanda la hostelería, y otros cultivos. Hay que formar no solo en la producción, sino tambien en la comercialización, que es nuestro punto débil. – ¿Cuales son las zonas de mayor producción de Asturias? – El Suroccidente es donde mayor producción existe, concretamente en Valdés, en Navia, en Coaña y en Villayón, en la comarca central tenemos productores en Salas, Grado y Belmonte, con algo más de 10 hectáreas. -¿Les hace el kiwi la competencia? -No, para nada, hay territorio suficiente para todos.
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