Publicado el: 29 Dic 2020

¿Desarrollo sostenible? No sin las parroquias rurales

José Manuel García del Valle

Secretario General de la Federación de Parroquias Rurales

A tenor de la noticia de la que se hace eco un medio de comunicación regional, parece ser que desde el Comisionado para el Reto Demográfico de Asturias se está impulsando la catalogación del medio rural para activar planes contra la despoblación tomando como referencia la Ley de Desarrollo Sostenible de 2007. Nunca es tarde si la dicha es buena. Pero la dicha no será buena si en este proceso no se tienen en cuenta a las 39 Parroquias Rurales que, junto a los 78 Concejos, conforman la estructura territorial de Asturias, según dispone nuestro Estatuto de Autonomía. Si la literalidad de la noticia responde al comunicado remitido por el referido Comisionado, el fracaso está garantizado. En Asturias no existen 857 parroquias rurales. Craso error. En Asturias existen 39 parroquias rurales que son administraciones públicas con personalidad jurídica propia y que constituyen “la forma tradicional de convivencia y asentamiento de la población asturiana”. En Asturias existen 857 “parroquias”, pero no son administraciones públicas, sino divisiones internas de los concejos, como lo pueden ser los barrios, las iglesias o las anteiglesias. Por tanto, poco pueden coadyuvar estas “parroquias” al desarrollo sostenible cuando la ley en la que se enmarca esta pretensión define el medio rural como el espacio geográfico formado por la agregación de municipios o entidades locales menores (parroquias rurales, en Asturias) y refiere todas las acciones a las administraciones públicas.
Si en Asturias, al margen de la Administración Autonómica, solo existen dos administraciones públicas, la de los ayuntamientos y la de las parroquias rurales, no parece muy acertado prescindir de una de ellas, sustituyéndola, a peores, por las parroquias a secas, que no son administraciones públicas y, por tanto, ningún papel activo les encomienda la Ley de Desarrollo Sostenible sobre la que se edifica todo el proyecto.
Llama poderosamente la atención que se utilice el término “rurales” para referirse a las parroquias municipales. Si es un lapsus del redactor de la noticia, se disculpa, pero si obedece a la minuta pasada desde la Administración Autonómica, es imperdonable en la medida en que denotaría un desconocimiento antológico de la realidad de nuestra estructura territorial.
También resulta altamente desmotivador que el Servicio de Cartografía del Principado de Asturias esté iniciando la tarea de tipificación o catalogación de las 857 parroquias municipales, cuando dicho Servicio carece de la cartografía de las 39 parroquias rurales existentes en Asturias, lo que supone un flagrante incumplimiento de uno de los pilares básicos sobre los que se asentó el reconocimiento de la personalidad jurídica de cada parroquia: el territorio.

En efecto, en las administraciones territoriales, como lo son las parroquias rurales, el territorio, juntamente con la población y las competencias, constituye un elemento nuclear. Sin embargo, en la actualidad no está definido en un plano el territorio de las
parroquias rurales tras 40 años de vigencia del Estatuto de Autonomía, con toda la problemática que ello suscita en la práctica. Por tanto, no comencemos la casa por el tejado. Seamos sensatos, hagamos las cosas bien y no empecemos a trabajar sobre el desarrollo sostenible en el medio rural sin tener en cuenta a uno de los actores principales.
Las parroquias rurales asturianas tienen mucho que aportar, acumulan una gran experiencia y, por su historia, su devenir y su incardinación en lo más tradicional del mundo rural, deben integrarse por derecho propio en cualquier proyecto que tenga como referente y objetivo cualquier cuestión relacionada con el ámbito en el que desarrollan su actividad. Si no se corrige esta ausencia, el refranero popular, cuyo principal caldo de cultivo es precisamente el mundo rural, ya nos anuncia el resultado: “Lo que mal empieza, mal acaba”. Quedamos a tu disposición para hablar al respecto si lo crees oportuno.

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