El grupo San José, constructora que cambió el tejado y los suelos entillados del cenobio salense en 2015, asegura que actuó «siguiendo las directrices del Principado»

F. R. G. / Salas

El 1 de abril de 2015 los vecinos de Cornellana eran testigos de cómo un camión se llevaba las vigas centenarias de castaño y nogal que formaban parte de la techumbre y suelos del monasterio de Cornellana. «Queremos informarnos de un bien procedente de un monumento tan importante como es el Monasterio de Cornellana. No creemos que sea tan difícil que los responsables de la obra, bien sea la empresa que la realiza o bien quien la contrata, puedan averiguar el estado, destino y finalidad de toda esa madera, suponemos que tendrá que estar documentado con algún parte de trabajo, albarán de transporte, etc… No entendemos la falta de transparencia y que haya tanto misterio alrededor de estas grandes y centenarias vigas, ya que la prioridad en la rehabilitación de un monumento histórico tan importante como este, es conservar y recuperar los elementos originales del edificio, señala David Valiela de la Asociación Salvemos la Iglesia y el Monasterio de Cornellana.

La contrata que en su día realizó esta rehabilitación y desmontó las vigas y tableros de madera es el Grupo San José, una gran empresa de construcción que cotiza en bolsa. Un portavoz de este grupo elude cualquier responsabilidad en la desaparición de este material histórico. «Solo le puedo decir que nos sometimos estrictamente a las directrices que nos marcó la dirección de la obra», insistió un portavoz oficial de esta corporación, que ni confirmó ni desmintió que se llevaran las vigas y tampoco quiso aclarar cuáles eran esas directrices en concreto y si en ellas se incluía o no devolver ese material.

El Ayuntamiento de Salas también reclama información sobre el destino de la madera original del cenobio. Su responsable de Cultura, Ana Pérez Feito explica que, en su momento, «se enviaron unos escritos a la Consejería preguntando por esta desaparición y nos gustaría saber cual ha sido su paradero». Desde la consjería de Cultura se guarda silencio sobre este asunto