Lucía Naveros/ Grado
Lorena Valdés tiene sus raíces en una quintana asturiana, construida en las cercanías de la ‘huertona’ con la que su bisabuela sacó adelante a sus once hijos, tras perder a su marido en la represión franquista. La huerta continúa dando frutos, «no podemos dejarla, para mi abuelo, que quedó huérfano muy pequeño, era importante; ahora la lleva mi padre, y cuando él no pueda, lo haré yo». Este espíritu de reconocimiento de las raíces, de lo que el presente le debe al pasado, es una de las claves de ‘Abuelísimos’, un libro que quiere reconocer la importancia de la generación mayor en las vidas de todos. «El germen inicial del libro está en mi propia vida. Yo tengo tres ‘abuelísimos’, Jovino, Trini y Feli, y si pienso en mi infancia los veo a ellos. Dos de mis abuelos tuvieron toda la vida el Bar Náutico de Grado, donde pasé mucho tiempo en mi niñez, cuidada por ellos como saben cuidar los abuelos. Era un bar de otra época, como son los de pueblo, donde lo mismo te buscan una casa que te ayudan en lo que puedan», rememora Valdés, periodista de TPA que en la pandemia, y tras la enfermedad de su abuela, se sintió obligada a hacer un reconocimiento público a esta generación. «Los vi sufrir muchísimo, solos, en las residencias, sin poder hablar con sus familias. Y pensé que tenía que hacer algo para expresarles lo mucho que importan. Como lo que sé hacer, más o menos bien, es escribir, es lo que hice, de ahí salió ‘Abuelísimos'».
El libro, que puede adquirirse en las librerías de Grado y en concejos del Suroccidente, y también a través de las redes (en este enlace) ha buscado abuelos que tengan un plus, ese superlativo del título. «Hice una especie de casting», bromea. El libro está estructurado en cuatro capítulos: abuelos que son lo más, abuelos ‘canguro’ (que reconoce ese papel de cuidados en una sociedad donde parece que los niños y niñas no tienen cabida); abuelos con vidas extraordinarias, y abuelos eternos, que ya no están pero siguen presentes. «He recogido historias muy especiales, como la abuela y el nieto de Candamo que comparten actividad en la escuela de Música; o el abuelo que con 93 años sigue al pie del cañón en la gasolinera donde trabaja su nieto. Son sobre todo de Grado, pero también de Candamo, y uno de Las Regueras. Algunos tienen vidas completamente extraordinarias, pero ni ellos mismos se dan cuenta. Es un homenaje y un reconocimiento, porque les debemos mucho». Las fotografías son de Óscar López, de CM Producciones, y el diseño y maquetación del volumen, de Raquel Suárez de Dislok2.
Lorena Valdés estará mañana, a las ocho de la tarde, en la Casa de Cultura de Grado, para presentar ‘Abuelísimos’, con algunos de los protagonistas, porque «esto va de ellos».
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