El daño, reconocido por la guardería rural, ocurrió cerca de las casas de Fresneo, a un animal de la familia de la concejala Nati Fernandez, «¿quién me paga a mí las carreras y el dolor de la encontrar así a la yegua?»

Beatriz Álvarez/Quirós

Se presentaba un soleado y familiar Domingo de Ramos para la familia de Cesáreo Fernández, vecino de Fresneo en Quirós y padre de Natividad Fernández, concejala del PP en el Ayuntamiento de Quirós, sin embargo para los hombres y las mujeres del campo, para los ganaderos y ganaderas, no hay día de fiesta y antes de ir a comer, su nieta y su yerno fueron a ver a una yegua que tenían para parir a poco metros del pueblo en una finca que se conoce como Vichabona. A la yegua preñada llevaban días cuidándola esperando a que se le presentara el parto. Cuando llegaron al prao, “una finca llana, buena para que la yegua pariera sola si le llegaba el tiempo”, encontraron a la madre muy nerviosa y recién parida pero sin cría. Buscaron pero no la encontraron hasta que vieron cerca excrementos de oso y se aventuraron a ir un poco más allá y cruzar el río donde encontraron los restos del potro ya sin vida. Enseguida se dieron cuenta de que había sido el oso no solo por los restos sino por la forma de actuar, “la cría tenía el morro con marcas de dientes como si lo hubiera arrancado literalmente de las entrañas de la madre”. La madre con los restos del parto, el potro aún caliente pero ya inerte.

Las personas que viven del campo, o pretenden hacerlo, se preguntan en casos como este “quién me paga a mi las carreras, el dolor de encontrarla así, la mala hostia y todo lo que podría decir y que por respeto no digo y el dolor de ver sufrir a un animal que lleva contigo toda la vida” nos cuenta Nati Fernández, la hija de Cesáreo. “Nosotros vivimos de esto y yo el sueldo lo perdí esta noche por culpa del oso que a mí no me estorba para nada salvo que destruya mi trabajo. Los osos no tienen qué comer y entonces tenemos que pasar porque coman a nuestros animales, animales a los que criamos y por los que luchamos día y noche por tenerlos, qué guapo es machacar siempre al que trabaja. Y lo digo como ganadera que vivo de mi trabajo, no como política que yo de la política no vivo”.

Se da la circunstancia que la mayoría de los integrantes del Ayuntamiento de Quirós son ganaderos. El año pasado Jose Prieto, portavoz del PSOE, sufrió en su pequeño núcleo zoológico en Cortes destrozos difícilmente cuantificables y también en aquella ocasión fue el oso quien los causó.

Todos se preguntan “quién defiende al ganadero”, sobre todo en estos momentos en los que la situación de crisis los tiene prácticamente al límite de sus posibilidades. La yegua de Cesáreo llevaba desde octubre pastando por los praos, viendo crecer su fruto sin tropiezos, y todo acabó en un visto y no visto. Los técnicos de la consejería han valorado ya el daño: 180 euros, la cantidad más baja que da el baremo actual (cría de menos de 6 meses, raza ligera). “En seis meses el potro o potra habría valido al menos 600 euros y quién sabe si el ejemplar habría podido dejarse para la recría”, cuenta Naty Fernández especialmente crítica con la política de despachos “solo quién vive de esto sabe que nuestros animales no pueden valorarse así, el baremo establece 100 euros menos que el año pasado, es una tomadura de pelo y luego se les llena la boca con repoblar el mundo rural y con la España vaciada”.