Publicado el: 20 Abr 2022

«Teverga significa futuro, para mí y para el campo»

Andrew Faraday Giles, profesor y escritor de Reino Unido, es uno de los nuevos vecinos afincados en la comarca, atraídos por su belleza natural y las nuevas posibilidades de teletrabajo

Andrew Faraday Giles, uno de los nuevos vecinos de Teverga

L. S. N./ Teberga

Andrew Faraday Giles es uno de los nuevos vecinos que se han instalado a vivir en la comarca atraídos por su belleza natural, y sus posibilidades de desarrollar una vida más conectada a la naturaleza. Profesor y escritor, Andrew nació en Northampton, Reino Unido, hace 42 años. Paso su infancia en el Norte del país, en los Dales, “que es zona de monte y valle, antigua tierra minera”, así que no le es ajeno el ambiente de Asturias.

-¿Por qué decidió venir a vivir a España, y en concreto a un concejo rural como Teverga?

-Como camarero y también como profesor de equitación he viajado bastante: por todo el Reino Unido, en los EEUU y América del sur, y en Europa. Desde joven llevo veraneando en Málaga con mi familia, que allí tuvo mi abuela una pequeña casa. Cuando tuve 25 años vine a vivir en Madrid, donde estuve seis años trabajando de profesor y de camarero. Volví a mi tierra para hacer un master y un doctorado, ese último enfocado en la poesía española de la Transición: sobre todo un poeta astorgano, Leopoldo María Panero. Decidí volver a España porque la vida académica me parecía mucho papeleo y poca docencia. Llevo la mayoría de mi vida fuera de mi tierra, y me considero europeo. Me vine a vivir en Oviedo, trabajando de profesor, y después de algunos años buscando, encontré mi casa aquí. Al subir al Marabio desde el valle ya sabía que era el lugar para mí. Me instalé aquí hace tres años.

-¿Había vivido en algún momento de su vida en el campo, o procede de una cultura urbana?

-Yo soy de un pueblo de los valles, y me puse a trabajar joven con caballos. Al irme de casa con 18 años, los estudios y el trabajo estaban en la ciudad, y para ser sincero no lo vi factible trabajar en el campo. No vengo de familia ganadera. Mi sueño era ser jinete pero como mido dos metros, pues no iba a ser. Cuando volví a estudiar también volví al campo y desde entonces no lo he dejado, aunque estando en Oviedo estuve todos los fines de semana buscando monte. El cambio radical para mí ha sido el hecho de poder trabajar desde casa y montar una vida aquí sin tener que pisar la ciudad.

-¿Qué fortalezas y debilidades ha encontrado en el territorio a la hora de hacer su vida aquí?

-La vida a 900 metros puede ser dura, pero las debilidades vienen más bien de fuerzas mayores – de la nieve, del aire, del agua. Como ya estoy acostumbrado al mal tiempo en mi tierra, no me ha afectado tanto. ¡El tiempo en el Marabio es mejor que en mi pueblo! Mi finca es un lugar de trabajo, y con el trabajo se hace la vida. Quizás mi idea de comunidad ha cambiado desde que llegue, pero aquí en el pueblo tengo suerte en el sentido de que estoy rodeado de gente que tienen mucho que enseñar. Yo observo, intento intercambiar ideas, forraje, productos de casa; si es bienvenido, claro. Mis vecinos son artesanos, apicultores, cantantes, cabreras, artistas, profesores, gente culta y gente con el monte en la sangre. Es una comunidad muy diversa y para llegar a un futuro exitoso para el campo hace falta diversidad de todo tipo. También es verdad que para vivir en alto monte tienes que querer soledad, poca gente, e aceptar que las redes de comunicación y de infraestructura, de momento no son como son las de la ciudad. La mayoría de mis vecinos son de fin de semana: solo hay dos casas abiertas todo el año en el pueblo. El Marabio es un verdadero paraíso y cada día veo algo nuevo, escucho algún corzo o jabalí en el matorral, veo rastro de lobo e oso, observo como cambian las temporadas con sus flores y plantas y recojo alguna cosa u otra. Con la observación, el escuchar e el hacer uno se aprende mucho.

-Uno de los grandes problemas del medio rural asturiano es la viabilidad económica. ¿Le ha sido posible crear un proyecto que le permita vivir aquí?

-Tuve que saltar un poco al vacío. Cuando vino la pandemia, ya tuve que trabajar desde casa. Desde entonces dejé mi trabajo en Oviedo y ahora solo trabajo desde casa. Tuve que luchar para un internet bueno de satélite. La nieve del año pasado me rompió la antena, pero se solucionó bastante rápido y de manera profesional. Encontré una empresa estupenda, Albany School Online, que es una empresa joven y ambiciosa y damos clases de inglés de alta calidad a toda España. Es importante porque mi objetivo principal es vivir una vida sostenible aquí. “Sostenible” es una palabra que se utiliza mucho, pero para mí significa vivir con la tierra y de la tierra. Esto no se hace de un día a otro.

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