El cierre del parking de Aquaxana y las mayores restricciones del balneario han causado malestar
Marcos Álvarez / Les Caldes
Los vecinos y hosteleros de Las Caldas no tienen donde aparcar. Al menos así lo denuncian públicamente desde que cambió la gerencia del hotel-balneario, ya que se han impuesto normas más restrictivas que han limitado las posibilidades de encontrar estacionamiento en el centro del pueblo, ya de por sí escaso. Han sido varias las medidas puestas en marcha por el hotel que han generado malestar vecinal. Por un lado, El cierre del parking de Aquaxana y el pintado de una línea amarilla en el lateral del hotel donde, hasta ese momento, aparcaban sin problema los vecinos y hosteleros de la localidad. Ahora la cosa se complica, señalan los usuarios «porque si aparcas llaman a la policía local, que viene a multar». Y es que la falta de estacionamiento se ha convertido en un problema en esta localidad ovetense, ya que el único espacio público que puede contener bastantes plazas es el de la piscina municipal, que está algo alejada del núcleo, ya en dirección a Caces. Otra alternativa, también insuficiente, son las cinco plazas de aparcamiento en el despacho del médico y una zona de tierra que queda situada debajo de la piscina de Aquaxana y que se embarra cuando llueve.
Los vecinos han intentado en varias ocasiones mantener una entrevista con la gerencia del hotel, «pero no quieren saber nada», señalan. Además, a esta situación hay que añadir que, anteriormente, los socios del gimnasio tenían opción de estacionar gratuitamente en el parking subterráneo y, tras estas últimos cambios que han llegado con la renovación de la gerencia, han decidido cobrar aparte este servicio, por lo que muchos usuarios ahora están dejando su vehículo en el pueblo restando plazas de estacionamiento, ya escasas. Los vecinos han expresado ya sus quejas por esta situación y reclaman que se acondicione la zona de debajo de la piscina de Aquaxana y que el balneario vuelva a habilitar el parking que cerró. Además, señalan que estas medidas perjudican también a los visitantes y clientes de los distintos restaurantes y bares.
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