Julio y agosto registraron un aumento de visitas en casi todos los concejos y una ocupación hotelera y hostelera más estable, frente al aluvión de los veranos de 2020 y 2021

Rafa Balbuena / Grau

La normalización y estabilización del flujo de turistas y visitantes es la tónica que ha marcado el verano en los concejos de la comarca. Aunque las cifras definitivas no se harán públicas hasta finales de mes (la campaña termina con la llegada oficial del otoño) la temporada correspondiente a los meses de julio y agosto ha supuesto la vuelta en la práctica a la normalidad previa a la pandemia del COVID, tanto en la presencia de visitantes y usuarios de los recursos turísticos y de ocio como en la rotación hotelera o la buena ocupación en restaurantes y locales de hostelería. Así, en Grado, la concejala de Turismo, Lorena Cabo, señala que el balance de la temporada estival fue “muy positivo, con mucha participación en las actividades propuestas, y muchas ganas de disfrutar del verano” en bares, restaurantes y terrazas. Las visitas guiadas a los hórreos de Sama, las fortificaciones de la Guerra Civil, a la fosa común de La Garba o las rutas de monte a las cascadas de Guanga “convocaron mucho público, y alguna incluso hubo que repetirla fuera de programa, al haber suficiente demanda”. El flujo de visitantes también se normalizó frente a los de 2021, cuando la pandemia aún se hallaba entre los picos más variables de contagios, lo que ocasionó entonces muchas oscilaciones. En Salas la situación es parecida.

El concejo ha ido estabilizando el flujo habitual de visitantes, aunque a la espera de cerrarse el ejercicio veraniego, la tendencia es similar a la de estas fechas antes de la pandemia. Según Ana Pérez, concejala de Cultura, los recursos de Turismo que administra el Ayuntamiento (la Torre Medieval y el Museo del Prerrománico de San Martín) registraron 899 visitantes en el mes de junio. El cómputo completo con el resto de meses, positivo en todo caso, se complementará con los sellos de credenciales de peregrinos del Camino de Santiago. Y es que estando el concejo en plena ruta jacobea, son precisamente los peregrinos el mayor factor de actividad en ocupación hotelera. “Volvimos a la situación de normalidad”, aseguran desde el Hotel Castillo de Salas. “Para nosotros está siendo un buen verano”, señalan desde la recepción, aclarando que “no se notó un aumento de duración de las estancias porque la mayoría de nuestros clientes son peregrinos que van de paso”.

Los Valles del Oso siguen siendo un atractivo básico para el turismo que visita los concejos del Camín de la Mesa. Lo confirma en Santo Adriano Violeta Gomis, del Ecomuséu La Ponte, entidad que coordina las visitas guiadas a la iglesia prerrománica de Tuñón y a los abrigos prehistóricos de la Cueva del Conde. “Nuestra valoración es positiva porque, aunque no ha habido tantas visitas como otros años anteriores a la pandemia, se observa un aumento de aproximadamente el 20% más de visitas entre los meses de junio y agosto con respecto al año pasado(2021), aunque hay que tener en cuenta que en el verano de 2022 ha estado disponible la visita a los abrigos (reabiertos en noviembre de 2021), que junto con la iglesia de Santo Adriano de Tuñón, son los itinerarios con más demanda. Podemos decir que el número de visitas este verano se ha duplicado con respecto al del año pasado. En Somiedo se da una circunstancia especial. “Fue muy buen verano, y aunque hubo menos visitas que en 2021, curiosamente la situación fue a mejor, casi ‘demasiado’ mejor”, indica Geli García, una de las tres responsables del Centro de Interpretación del Parque Natural. “El 2021 esto se desbordó y hubo gente que se marchó del concejo sin encontrar una mesa donde comer, estábamos a tope y la hostelería no daba abasto”, aclara. La tendencia de este verano “ya se notó desde Semana Santa, con cifras que ya se normalizaron, y durante julio y agosto fueron muy buenas”, recalca. Mientas esperan la confección de las estadísticas y perfiles completos, Geli constata que entre julio y agosto “hubo muchas visitas de fuera, sobre todo de turistas de Valencia, Madrid, Cataluña o País Vasco”, pero también “menos visitantes de dentro de Asturias, de los que pasan el día entero, que el año pasado eran la mayoría”.

En la zona del suroccidente la situación es de mejora evidente. Así se asegura desde el área de comunicación del Ayuntamiento de Cangas del Narcea, estimando que “debemos estar en 100% de ocupación hotelera”. A la espera de las cifras definitivas, la edil Begoña Cueto, responsable del área de Turismo afirma que “la buena promoción de los últimos años da resultado” y que “el boca a boca de los turistas es un factor muy importante” para lograr el aumento registrado durante julio y agosto. La tendencia, se asegura desde el Ayuntamiento “es de más movimiento y con mayor rotación de plazas hoteleras, con estancias menos prologadas”, hecho que se confirma igualmente en el concejo vecino de Tineo, donde en establecimientos como Casa Pipo, en Tuña, se observa que durante este verano “las estancias más habituales fueron de una o dos noches” frente a lo vivido en 2021 o 2022. Este año “ya fueron menos las de cinco días o una semana entera”, tendencia que sigue correspondiendo “a los clientes habituales, los fijos que vuelven cada año”. Y esto, según Darío Mayo, concejal de Turismo, obedece “a que este año ya no se ‘huye’ de la playa, como en los peores momentos del COVID, en que la gente prefería un turismo menos masificado”. En este extremo coincide el consistorio de Cangas: “hace dos veranos hubo más presencia en el interior que en las playas”. Pero ahora “hemos ganado presencia: hace pocos años, Cangas se puede decir que cerraba por vacaciones”.