Publicado el: 28 Oct 2022

Cuando Trubia decidió ser Oviedo

La separación de Grado se acordó inicialmente por unanimidad en una reunión en la fábrica entre vecinos de los barrios trubiecos

La Diputación Provincial acordó en 1884 «resolver en sentido favorable la segregación del concejo de Grado solicitada por la mayoría de los vecinos de las parroquias de Trubia, la Fábrica, Pintoria y Udrión»

Imagen histórica de la fábrica de armas, donde se celebró la reunión vecinal en la que se decidió la segregación

Roberto Suárez/ Trubia

Hoy nos proponemos explicar lo que sucedió en Trubia, en materia político- administrativo, cuando decidió separarse de Grado y unirse al concejo de Oviedo. En el mismo año en que se inauguraba el ferrocarril de Oviedo a Trubia, por el mes octubre de 1883, se reunieron en la fábrica un nutrido grupo de vecinos de las parroquias de Santa María, la Fábrica, Santa María de Pintoria y San Nicolás de Udrión. El motivo de la reunión no era otro que acordar su escisión del concejo de Grado para anexionarse al de Oviedo. Hubo unanimidad y acordaron trasladar escrito a la Diputación provincial explicando su decisión, recogida en las Actas de la misma, es reproducida en el Boletín Oficial de la Provincia de 28 de diciembre de 1883. En el Acta de la Diputación Provincial de Oviedo, sesión del día 12 de noviembre de 1883, se da cuenta de «una instancia producida por varios propietarios y vecinos de las Parroquias de Trubia, Udrión y Pintoria, del concejo de Grado solicitando su segregación de dicho concejo» acordando se instruya el expediente con arreglo a la ley. Recibida la pertinente petición, la Comisión Provincial de Oviedo traslada el documento a los ayuntamientos afectados.

De lo que sucedió en el consistorio de Grado hoy sabemos algo más merced a la generosa colaboración de Gustavo Adolfo Fernández en el archivo moscón. Amablemente ha puesto en nuestras manos documentos muy interesantes que nos han permitido esclarecer el posicionamiento de Grado a este respecto. Sabemos que en el Libro de Sesiones del Ayuntamiento de Grado se recoge oficio de la Comisión Provincial por el que se reclamaba «certificación de la mancomunidad de pastos que los vecinos de las parroquias de Trubia, la Fábrica nacional, Udrión y Pintoria que tratan de segregación de este término puedan tener en el distrito municipal» y se acordó expedir «dicha certificación, manifestando que vendidos por el Estado los montes comunes del concejo con arreglo a la ley de desamortización, quedando reducidos a dominio particular, no teniendo por consiguiente las parroquias que tratan de segregarse comunidad en el aprovechamiento de pastos con otro pueblo alguno del resto del concejo». En el Ayuntamiento de Oviedo se recibió comunicación de la Comisión Provincial, con fecha 20 de noviembre de 1883, por la que «después de dar conocimiento de la pretensión o expediente promovido por varios vecinos de las parroquias de Trubia, la Fábrica, Pintoria y Udrión correspondientes al término municipal de Grado solicitando su segregación de éste y la incorporación al de Oviedo». El ayuntamiento pleno en la sesión ordinaria del 26 de noviembre de 1883 deja constancia de la petición y «fundándose en las mejores relaciones, comodidad y atendible circunstancia de pertenecer al partido judicial, se reclama para la instrucción de las diligencias el informe que sobre el particular considere oportuno emitir este ayuntamiento: enterado S.E. y juzgando razonado el propósito de los vecinos interesados en el cambio de distrito». La respuesta de la Comisión municipal no se dejó esperar y, después de recabar los informes de los ayuntamientos interesados, acordó bajo la presidencia de médico, político, escritor y uno de los alcaldes más populares que tuvo Oviedo en todos los tiempos, José Longoria Carbajal (Grado, 29 de abril de 1827-Oviedo, 30 de septiembre de 1910) «se haga presente a la Corporación Provincial que por lo que afecta a esta municipalidad y habidas en cuenta las razones y circunstancias económico-sociales locales apreciables en el caso actual, no encuentran óbice ni reparo que oponer a la agregación solicitada, considerándola favorable a los intereses del concejo de Oviedo no menos que los de las parroquias reclamantes».

Faltaba un detalle para su conclusión –así lo requería la Comisión Provincial el dos de octubre de 1884– que no era otro que emitir una certificación de la corporación ovetense relativa a la mancomunidad de pastos que los vecinos de la zona que se trata de segregar pudieran tener en este término municipal. Esta certificación se emitirá el 15 de octubre de 1884, haciendo constar que «no existe mancomunidad alguna de pasto entre las zonas de este término municipal y las correspondientes a las parroquias de Trubia, la fábrica nacional, Pintoria y Udrión del colindante de Grado». En otro documento de la misma fecha, expidiendo el certificado se señala: «no aparece que exista de derecho, ni sea conocida en la práctica o costumbres establecidas mancomunidad alguna de pastos entre el vecindario de las parroquias de Trubia, la fábrica nacional, Pintoria y Udrión pertenecientes al distrito municipal de Grado, y el correspondiente a las zonas limítrofes de este concejo, ni viceversa». Enviada a la Diputación Provincial de Oviedo la documentación requerida por parte de los ayuntamientos implicados, en la sesión del día 11 de noviembre de 1884, presidida por el Sr. Cavanilles –y recogidas en el libro de Actas de la Diputación Provincial de Oviedo, años 1880 a 1884 (sig. 230)– se acuerda «resolver en sentido favorable a la segregación al concejo se Grado solicitada por la mayoría de los vecinos de las parroquias de Trubia, la Fábrica, Pintoria y Udrión y su segregación al ayuntamiento de Oviedo, respecto a la cual se hallan conformes ambos ayuntamientos».

Grado no luchó por Trubia: «Ningún pueblo puede obligar a otro a confundirse con él»

Roberto Suárez / Trubia

El acuerdo de la Diputación se recoge en el diario de sesiones del ayuntamiento de Oviedo en la sesión ordinaria del 22 de noviembre de 1884, en la que se da cuenta de la resolución favorable «debiendo [ahora] ponerse de acuerdo ambas municipalidades para la demarcación de límites». La corporación ovetense reconoce que no será posible el cumplimiento de lo resuelto hasta el año económico siguiente y se acordó «que pase el asunto a la comisión de hacienda y a la de elecciones, a fin de que propongan, previo estudio, los medios de llevar a cabo prácticamente la incorporación del nuevo territorio, y como consecuencia precisa el proyecto de división, del término con el aumento, en distritos, barrios, colegios y secciones». A la vista de lo acontecido, el pleno del ayuntamiento de Oviedo trató, en la sesión ordinaria celebrada el 24 de enero de 1885, de dar representación en el municipio a las parroquias segregadas y por lo tanto había que «variar la actual división electoral conforme a la distribución de colegios», en base al informe redactado por las comisiones nombradas para entender en el «expediente de incorporación a este distrito —se refiere a Oviedo— de las parroquias segregadas del de Grado, de tal suerte que en esta sesión plenaria se acordó confeccionar la nueva división electoral del término de Oviedo, quedando incluida en el noveno Colegio, que se denominó «Fábrica de Trubia» y comprendía las parroquias de Trubia, la Fábrica de Trubia, Udrión y Pintoria y elegirá tres concejales. Hoy conocemos los argumentos esgrimidos por el vecino ayuntamiento de Grado gracias a Gustavo Adolfo Fernández. Ahora sabemos lo que les impulsó a aceptar de buen grado el que se fueran del distrito de su jurisdicción, ya que por parte de Grado no hubo ningún tipo de oposición, aunque sabemos que a posteriori se arrepintieron. Tenemos en nuestro poder el acuerdo del ayuntamiento Pleno en el que se dice en su literalidad «que siendo como son ciertos los hechos consignados en la exposición que en treinta de octubre último elevaron a la Excma. Diputación provincial los vecinos de las parroquias de Trubia, la castrense de la Fábrica Nacional, Udrión y Pintoria, y creo no puede oponerse a la solicitud de segregación que intentan». Nosotros damos por buena la opinión expresada por el presidente de la Corporación, Baltasar Valdés Solís, y que fue aceptada por el resto de concejales por unanimidad, aunque tengamos fundadas dudas al no existir documento alguno que lo pruebe.

No quisieron luchar por ese territorio que iban a perder y se limitaron a exponer que «ningún pueblo debe obligar a otro a confundirse con él», reconociendo su presidente que era factible y posible oponerse «basta que las parroquias en cuestión, deseen separarse, para que el concejo de Grado no intente oponer obstáculo alguno. Lo cierto y verdad es que el concejo de Grado no trató en ningún momento de pleitear ni poner obstáculo alguno, más bien lo permitió, aun reconociendo —como lo recoge el acta plenaria— «de que se obtenían grandes ventajas a expensas de las citadas parroquias» y eso honra al pueblo moscón, porque «con sobrada justicia» estaban en su derecho de oponerse o al menos, litigar en este asunto. En consecuencia, usando las palabras del presidente «este noble y desinteresado pueblo, de Grado, sin ganar con la forzada unión, tenía placer en impedir, que una pequeña parte de su territorio disfrutara de los beneficios que sus moradores creen alcanzar, uniéndose al concejo de Oviedo». Uno de los últimos actos protocolarios a los que asistió la máxima autoridad moscona fue en agosto cuando dio la bienvenida a pie de tren a Alfonso XII para visitar las instalaciones fabriles trubiecas, aunque de esto no ha quedado asentado o recogido en el álbum de personalidades que visitaban la Fábrica, creado el cinco de julio de 1864. La prensa de la época, en cambio, si da cuenta de la visita. Aventurando alguna hipótesis sobre su aquiescencia, ésta podría derivarse de los problemas que padecieron en el concejo a finales del siglo XVIII y principios del XIX con los armeros vascos asentados en el concejo. Su fuero militar les hacía disfrutar de ciertos privilegios de los que no disfrutaban los lugareños. También podemos mencionar que, cuando se decidió restablecer la fábrica de Trubia en 1844, un grupo de moscones instaron al ministerio de la Guerra a que buscase una nueva ubicación, más cercana a la capital del concejo y proponían como punto adecuado La Mata. Podemos citar también la cantidad de conflictos que hubo en esos años entre la administración militar y la civil, con quejas constantes de los vecinos por los ruidos ocasionados al probar los cañones, así como las disputas por adquisición de terrenos.

Comentarios:
  1. […] FUENTE: https://lavozdeltrubia.es/2022/10/28/cuando-trubia-decidio-ser-oviedo/ […]

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